Aunque el panorama económico empieza a aclararse, las empresas aún sufren los efectos que ha dejado tras de sí la crisis económica. Uno de los puntos más negativos es la restricción del crédito bancario, puntal fundamental para que muchas sociedades puedan constituirse o, en el caso de que ya estén operativas, para que puedan mejorar sus instalaciones o ampliar su oferta y servicios.

Según los datos que maneja el Banco de España referentes a la provincia de Zamora los créditos concedidos por los bancos y pendientes todavía de cobro asciende a más de 2.540 millones de euros. Es una cantidad muy elevada, pero tiene poco que ver con los datos registrados antes del inicio de la crisis económica, cuando la cifra superaba ampliamente los 3.000 millones. Si se compara la estadística de este año con la del año pasado puede comprobarse que la caída ha sido del 6,6% desde los 2.718 millones de euros del segundo periodo.

Sin embargo, hay que subrayar que este es uno de los pocos indicadores con cifras aún negativas. El Índice de Producción Industrial (IPI), que en junio se elevó (en términos regionales) un 10,7% respecto al mismo mes de 2014, frente a una media nacional del 7,5%; es otra muestra de las buenas perspectivas económicas.

Otro indicador hacia la mejora económica está en la recaudación tributaria del Estado en Castilla y León, que se situó en 1.418,5 millones de euros en el primer semestre del año, lo que representa un crecimiento del 5,1% respecto al mismo periodo de 2015. Esta subida fue mayor que en el conjunto de España, donde se registró una subida del 3,3%, hasta los 78.511 millones.

Por último y en relación a los macrondicadores económicos, la Contabilidad Regional Trimestral del arranque del año, el primer trimestre, reflejó una considerable aceleración del 2,6 por ciento de la economía, aunque la consejera de Hacienda espera que Castilla y León cierre el ejercicio con un avance de su producción en el entorno del tres por ciento.