La Policía Nacional no había logrado localizar ayer la escopeta con la que los dos acusados habrían decidido actuar para intimidar a los empleados de la discoteca. Se trata de una prueba esencial para poder ratificar el testimonio de los trabajadores que se encontraban a la hora del atraco, perpetrado la madrugada del sábado al domingo, casi al inicio de la jornada laboral.

Por determinar está la cantidad de dinero que los ladrones pudieron llevarse, dato que no se ha facilitado todavía.

Al parecer, fueron los propios trabajadores del local los que decidieron llamar a la Comisaría de Zamora tras sufrir el atraco y la identificación de los dos detenidos permitió su rápida localización y detención a lo largo de la jornada del mismo domingo.

El establecimiento cuenta con cámaras de seguridad que habrían grabado la entrada en el local y lo que ocurría dentro. Al actuar con la cara descubierta, la policía no tuvo difícil la identificación de los dos detenidos, que pasaron a disposición judicial dentro de las primeras 48 horas tras el arresto.

A primera hora de la tarde de ayer, la Guardia Civil recogía al apresado para el que la juez decretó ingreso en prisión para llevar a cabo su traslado hasta la macroprisión de Topas, donde permanecerá hasta que el juez que se haga cargo del caso decida si puede optar al pago de una fianza para salir de la cárcel en libertad condicional.