La artista zamorana Rocío Aguirre es la última de las artistas emergentes que han pasado por la Alhóndiga dentro de la iniciativa "Galería Viva". Su exposición, con ilustraciones de pequeño formato se pueden visitar hasta el viernes.

-¿Qué quiere contar con su exposición?

-Son cuadros de pequeñas figuras que están inmersos en su mundo interior, por eso la he bautizado como "Meditamundos". He querido crear una realidad paralela dentro de un mundo de posibilidades que sea a la vez una introspección de los propios personajes, que van desfilando por los cuadros. Las ilustraciones se dividen en oriente y occidente, y la primera parte trata temas más raros influidos por el arte asiático.

-¿Dónde nació la idea?

-Quería crear pequeñas historias que trascendieran el dibujo en sí, algo para que los personajes dieran lugar a algo más. No me interesaba tanto mostrar dibujos muy elaborados y precisos sino hacer un mayor número de ilustraciones casi improvisadas y rápidas.

-¿Pertenecen a alguna historia concreta?

-No, parten totalmente de mi imaginación. Son creaciones bastante conceptuales en lugar de ser algo tan detallado como los dibujos de historias, como el paso previo a la ilustración, basado en inspiración y trazo rápido. Todo te puede inspirar, desde un escaparate a una película. Gracias a internet puedes ver de todo y al final, el abanico de posibilidades es infinito porque las muestras van directamente a tu casa.

-¿Qué le aporta este género a diferencia de otros de mayor formato?

-Lo bueno es que es algo tan rápido que te permite explorar muchas posibilidades sin concebir fallos. No es algo como el óleo, donde tienes que hacer muchas capas para perfeccionar y tienes que empezar de nuevo si te equivocas. En mi caso, soy bastante nerviosa, y cuando pintaba con acrílico tardaba mucho porque hacía mil pruebas de textura, me arrepentía, volvía a empezar... Me gusta más este tipo de trabajo en el que si no me gusta algo puedo tirarlo a la basura sin problemas y empezar otro.

-También permite innovaciones técnicas.

-Lo que quiero es hacer cosas que formen parte de un proceso creativo, que no solamente se queden en el dibujo sino que vayan a las artes aplicadas, el diseño de mobiliario, decorados de película... La ilustración es un método de expresión para que los demás entiendan lo que tienes en la cabeza.

-Es arquitecta. ¿Cómo relaciona esa disciplina con el arte?

-Tienen mucho que ver. La arquitectura es proyectar cosas y crear espacios e historias. Al final ambas cosas consisten en imaginarte nuevos mundos, porque los edificios pueden ser cajas o pueden ser paredes llenas de historias.

-Ahora parece que la ilustración está de moda, sobre todo gracias a las redes sociales. ¿Ha retomado su lugar en el mundo del arte?

-Está bien que tenga entidad propia. Es una manera de que la ilustración se separe de las historias, ya que antes estaba relegada a lo que decían las palabras. Era una manera de que la gente que no podía leer entendiera de qué trataba algo y a lo mejor ahora se puede hacer del revés y te pueden dar la imagen y crear tú la historia.