Desde Toro llegó al Procurador del Común una queja en la que se denunciaba el diferente trato que sufrían las discotecas frente al resto de bares musicales, ya que a éstos se les permitía cerrar más tarde de lo previsto legalmente. Amoedo emitió una recomendación al Ayuntamiento, aceptada por éste, para que la Policía Municipal haga cumplir estrictamente el horario que cada tipo de establecimiento tenga aprobado de acuerdo a su licencia. El Procurador del Común parte de la premisa de que "no es posible que se permita a todos los establecimientos de ocio nocturno el cierre a la misma hora, puesto que esta permisividad supone un notable perjuicio económico a los dueños de discotecas, debido a la mayor carga fiscal que soportan y a los mayores costes que conlleva la insonorización de los locales respecto a las viviendas inmediatas". La Junta informó que desde 2012 ha puesto dos sanciones por horarios de cierre en la ciudad.