El Juzgado de Violencia de Género ha condenado en la capital a más de una treintena de hombres por maltratar a sus parejas, sentencias por conformidad del imputado. En estos momentos no hay ningún denunciado en prisión provisional, ya que el único para el que el juez había decretado el ingreso en la cárcel se conformó con la pena que exigía el fiscal en el juicio celebrado. Tampoco existe ninguna sentencia que imponga la colocación del dispositivo GPS, la pulsera, que permite detectar cuándo el maltratador se aproxima a su víctima. Se coloca durante el tiempo que establezca la sentencia condenatoria, las 24 horas del día, de modo que si se lo quita o se acerca a su expareja, salta una alarma que pone en marcha a la Policía Nacional o la Guardia Civil para su detención inmediata. El Juzgado de lo Penal de Zamora solo ha colocado este sistema a un hombre, si bien en la capital reside una joven que cuenta con esa medida de protección y su excompañero sentimental reside fuera de la comunidad autónoma. El fiscal de Violencia de Género, Evaristo Antelo, ha vuelto a incidir en la necesidad de modificar la Ley para que las declaraciones ante la policía o la Guardia Civil y ante el juez de las mujeres que denuncian maltrato tengan validez como prueba aunque en el juicio se acojan a su derecho a no declarar, lo que ocurre en el 20% de los casos, que quedan impunes aunque el fiscal mantenga la acusación. "Es el principal problema con el que nos encontramos, nos quedamos sin pruebas para poder castigar el delito porque, en la mayoría de los casos, no hay testigos presenciales" de los hechos.