Aunque en los casos de maltrato animal los finales felices no suelen abundar, afortunadamente, en algunas ocasiones las ganas de seguir adelante son más fuertes que las palizas y los golpes. Y entonces, se produce casi un milagro. Hace algo más de una semana, una perra de apenas ocho meses aparecía moribunda en un camino de Bermillo. Unos viandantes se la encontraron por casualidad agonizando con la cabeza enterrada entre unas piedras y con el cráneo destrozado a golpes. Cuando llegó al veterinario, apenas podía respirar y pocos creían que la pequeña pudiera sobrevivir. Sus salvadores la bautizaron con el nombre de Amel, que significa "esperanza" en árabe. Y esa fe en el futuro de la pequeña parece que se ha cumplido como una profecía.

El pasado fin de semana, la pequeña pasó casi cuatro horas en quirófano en una operación en la que los veterinarios intentaron reconstruir su hocico, destrozado por los golpes y que le había hecho muy difícil respirar durante los días que estuvo en la clínica. Al abrir, se encontraron el tabique nasal hundido y astillado, y fue necesario ponerle cuatro clavos para reparar el daño causado por el que la dejó en ese estado. "Aún no está fuera de peligro y aún hay riesgo de rechazo, pero somos bastante optimistas y es probable que Amel sobreviva. Es un milagro", cuenta Arantxa Álvarez, de la protectora Scooby, entidad que se ha hecho cargo de la pequeña. "Sorprende la fuerza y las ganas de vivir que tiene, porque no olvidemos que es una cría que apenas tiene ocho meses. No se queja nada, ni siquiera cuando le hacen las curas y le duele, y no para de acercarse para que le des cariño", explica. Ahora, Amel come y bebe sola y comienza a moverse adaptándose a su nueva condición de perrita ciega ya que, debido a los golpes, ha perdido la visión de los dos ojos.

En la protectora aún continúan recibiendo donaciones en la cuenta especial para sufragar los gastos de las operaciones de Amel y de los otros perritos que están en la clínica por diversas enfermedades y que también necesitan tratamiento para salir adelante. "Aunque este caso haya sido especialmente sádico y haya servido para que muchos vean lo que hacemos y se conciencien, el maltrato es más habitual de lo que se piensa y hay infinidad de animales ahorcados, degollados...", lamenta Álvarez.

Afortunadamente, la "esperanza" con la que fue bautizada se perfila ya con más nitidez en el horizonte de Amel, única protagonista de una milagrosa historia escrita a base de ganas de vivir.