Después de innumerables viajes por España y por otros países europeos, era la primera vez que los "urracos" cruzaban el charco y, como era de esperar, no han decepcionado a nadie. Durante algo más de dos semanas, veinticinco miembros de Doña Urraca participaron en dos festivales internacionales de folclore en México, en los que fueron los únicos representantes españoles.

Tras su llegada a México D. F., el grupo se trasladó a Milpa Alta, concretamente a San Pedro de Atocpan, donde tuvo lugar el primero de los encuentros y donde la agrupación permaneció durante los cinco primeros días junto a bailarines de Rusia o Brasil. Además de los bailes ante centenares de personas, allí también tuvieron la oportunidad de interpretar diferentes danzas de la provincia a los pies de las milenarias pirámides de Teotihuacán ante la mirada de otros turistas. También, como cuenta su director, Miguel Ángel Santos, allí tuvieron la oportunidad de visitar a los pequeños enfermos de un hospital infantil, lo que fue "una de las experiencias más emocionantes del viaje, porque nos veían como si fuéramos estrellas", junto a la humildad mostrada por las familias que organizaban el festival. "Nos llevamos una gran lección de humanidad de ellos porque se desviven para que tú estés bien, si tienen que dejar de dormir para que tú lo hagas, ni lo dudan", cuenta Santos, que agradece la ayuda prestada por sus anfitriones por ejemplo, a la hora de solventar los problemas que sufrieron al intentar pasar los trajes de Carbajales por la aduana.

Lo vivido en este festival fue solamente un aperitivo del baño de masas que los bailarines se dieron en el XX Festival Internacional de Folclore de Zacatecas, el quinto festival de estas características más importante del mundo. "Allí estaba el gobernador de México, el presidente del CIOFF, el Consejo Internacional de Organizaciones de Festivales de Folklore... y miles de personas que nos fueron a ver bailar", comenta el director del grupo zamorano, que destaca la seguridad y la organización del festival, que reunió a bailarines de más de una veintena de países.

"Tras bailar en la inauguración ante todos los grupos participantes, participamos en el desfile de inauguración en el que había miles de personas en las calles, que estaban abarrotadas y en las que apenas podíamos bailar porque el público no paraba de aplaudirte y vitorearte y casi no oíamos las dulzainas", explica Santos, con la sonrisa y la sorpresa aún en su cara tras la experiencia vivida en México. "También nos escogieron entre todos los grupos para participar en una actuación privada para Coca Cola y cambiaron el programa para que también actuásemos en la clausura del festival cuando estaba previsto que solamente bailásemos en la apertura", cuenta.

"Es increíble cómo se vuelcan con los bailarines. Nunca habíamos vivido ese fenómeno en ningún viaje. En cuanto salíamos del hotel nos paraban para hacernos fotos y hay algunos que han firmado hasta autógrafos al bajar del escenario", relata el director de Doña Urraca. El grupo, al día siguiente de su regreso, ya se encontraba bailando por la provincia. "Este tipo de viajes nos hacen darnos cuenta de que tenemos que trabajar todo el año para poder enseñar fuera lo que hacemos", concluye Santos. Afortunadamente, este verano los zamoranos tendrán la oportunidad de admirarlos de este lado del charco como lo hicieron los mexicanos.