Ávida lectora de ensayos históricos, su afán por este género le ha llevado a Vanesa Redondo a escribir su primer libro de estas características, tras su anterior novela, "El alma del condenado", que significó su primera incursión en el mundo editorial. "Virgo en España" es un tratado sobre las principales iglesias góticas de España que trazan en la tierra la forma que esta constelación tiene en el universo. Una teoría interesante, descubierta por esta zamorana, y que desarrolla a lo largo de las páginas de este trabajo, que refleja su pasión por la historia, más allá de la que demuestran los libros de texto.

-Esta es su segunda incursión en el mundo literario, ¿cómo surge este libro?

-Se trata de un estudio sobre las primeras catedrales góticas que se construyen en España, desde la de Ávila, a finales del siglo XII, hasta Valencia. En un margen de apenas 40 años se construyeron templos tan importantes como el de León, Toledo o Burgos, que junto con los de Ávila, Cuenca, Burgo de Osma, Oviedo, Ciudad Rodrigo, Santiago de Compostela, Badajoz y Valencia dibujan el símbolo de la constelación Virgo en España. Salvo la última, todas las iglesias, curiosamente, se construyeron con el reinado de Castilla y bajo el mandato de los mismos reyes.

-¿Por qué esta constelación?

-Es la única femenina del zodiaco, la que hace referencia a la mujer. Existen estudios en los que se corrobora que en esa época fueron los templarios quienes trajeron el gótico a España, desde Tierra Santa. Las construcciones comenzaron apenas cinco años después de regresar ellos. Virgo alude a la veneración de la mujer, es algo así como la representación del cielo en la tierra. No es algo nuevo, ya que existen muchas construcciones en la antigüedad, como en el caso de los pueblos babilónicos, donde las ciudades se hacían a imagen y semejanza de la colocación de las estrellas.

-¿Era habitual esa veneración hacia lo femenino?

-En la antigüedad sí, las diosas eran mayoría y estaban algunas tan importantes como Isis o Artemisa. Posiblemente fuera la pérdida de la veneración a la mujer en esa época, al principio femenino, a quien tenía el don de la vida por lo que surgió este proyecto, representando a Virgo en la tierra. La idea de que fueron los templarios los precursores también se asienta en que en ese tiempo reinaba Alfonso VIII, quien luchó muy de cerca con ellos, colaborando en la Batalla de Tolosa, punto de inflexión de la reconquista. Esa relación existe, no es algo casual.

-¿Qué otros aspectos ha descubierto con su estudio?

-Es muy curioso que la principal estrella de Virgo, la que más brilla en la constelación, que se llama Spica, coincida con la catedral de Burgo de Osma, que está situada a la misma distancia tanto de Finisterre, que es el punto más occidental de la península, como del cabo de Creus que es el más oriental. Está justo a 333 millas, con total equidistancia.

-¿Hay que ser un apasionado del arte para escribir este tipo de estudios?

-Del arte y de la literatura. A mí me encanta leer, pero más que novela, prefiero los ensayos. Siempre busco un tema que me atraiga, como la historia o el arte. Me parecen mucho más interesantes que la ficción. Una novela solo te entretiene, pero de un ensayo aprendes mucho más.

-¿También es mucho más el trabajo que hay detrás, desde su experiencia como escritora de ambos géneros?

-Por supuesto. Hay muchas horas delante del ordenador, investigación y viajes a todas esas catedrales para documentarme y verlas, tomando fotografías para mi libro. Con una novela simplemente te pones delante del ordenador, te inspiras, escribes y la mandas a la editorial. Me gusta más el otro trabajo porque tienes que estar informándote, documentándote, averiguando datos que te llevan a otros aspectos?

-¿Este estudio puede dar lugar a otros proyectos propios?

-En este caso particular no, porque es bastante completo y sería complicado ampliarlo más, pero sí es posible que haya abierto la puerta a nuevas investigaciones.

-¿Es más difícil publicar un ensayo de este tipo que una novela?

-No por mi experiencia. Yo personalmente le comenté la idea a la editorial y les encantó, así que estuvieron esperando a que lo terminara para poder publicarlo. Es un caso extraño, lo sé. Novelas en las editoriales entran a cientos, pero libros de este tipo no son tan habituales.

-¿Le gustaría seguir este tipo de estudios con iglesias románicas?

-No, porque es muy diferente al estilo gótico, sin desmerecerlo, y menos en Zamora. No tienen comparación. Por ejemplo, se dice que la financiación de estas catedrales fueron solo las limosnas de la gente, pero está claro que hubo algo más, por su grandiosidad. Los templarios, considerados los primeros banqueros de la cristiandad, estaban allí, eran los que movían el dinero. Incluso inventaron el crédito y la letra de cambio, financiando a los reyes. Aunque no se puede demostrar con documentación, porque desapareció en su mayoría, muchos aspectos apuntan a este tipo de financiación para levantar estos templos góticos tan impresionantes.

-¿Y qué opina de la desaparición de estos singulares banqueros?

-Fue de la noche a la mañana, con sus documentos incluso, así que es difícil demostrar mucho sobre ellos. Pero en aquella época eran como una multinacional, muy importantes. Por eso es difícil de entender por qué en las clases de historia del colegio no se habla apenas de ellos. Y si se hace, es de una forma oscura, como si fueran algo negativo. Seguramente la Iglesia de esa época tuvo mucho que ver, tanto en su aparición, porque surgió como brazo armado para luchar en Tierra Santa, como con la desaparición.

-¿Está sumergida en algún nuevo proyecto literario?

Estoy escribiendo la segunda parte de mi primera novela, "El alma del condenado". Le gustó a mucha gente, que se quedó con la intriga de qué pasaría, así que me decidí a meterme en esta nueva aventura.