Ayer se cerró un capítulo: por fin los restos mortales de la joven dominicana y su hija de 9 años, asesinadas en Madrid en junio del año pasado, podrán descansar en el país de origen de las víctimas. En una jornada de "mucho dolor y tristeza, es el último adiós", entre lágrimas, la suegra de la joven Adolfina Puello y abuela de la niña Argelys pudo tener entre sus manos las urnas con las cenizas de las dos víctimas, de cuyo crimen se acusa al joven Raúl Álvarez de ascendencia zamorana, que llevó a la Guardia Civil hasta el lugar dónde se hallaban ocultos los cadáveres, un pozo próximo a una finca de sus padres.

Arropada por decenas de amigos, Leonarda Sánchez presidió emocionada la misa de funeral que quiso ofrecer en una iglesia del barrio de Legazpi a su nuera y a su nieta, la hija de uno de sus vástagos, también asesinado en República Dominicana, "es lo que me ha quedado de ese hijo, fue lo que me dejó, por eso era para mía más que una nieta una hija".

Nerviosa, Leonarda se debatía ayer entre el sentimiento de "dolor, la tristeza enorme" de la pérdida sufrida y la satisfacción de que "por fin las dos descansarán en paz. Podemos celebrar la misa. Es un momento muy duro", indicó a este diario. Y, en breve, gracias al Consulado de la República Dominicana, los restos mortales podrán llegar a ese país, donde "los recogerá la familia de mi nuera, su madre" para darles sepultura.

La mujer no pudo reprimir el llanto, visiblemente afectada por el trágico final que han sufrido la esposa de su hijo y la pequeña Argelys, que llevaba poco tiempo en España, viviendo en Madrid con su madre, cuando tuvo lugar el crimen en el domicilio que compartían. Es posible que hoy mismo las urnas partan hacia el país en el que nacieron las dos, si bien la familia está a la espera de que las autoridades de su país confirmen la fecha exacta en la que partirán hacia ese destino. Los amigos de Leonarda Sánchez no la dejaron sola, dado el momento tan difícil por el que está pasando.

Por lo que se refiere a la investigación judicial, la familia de las fallecidas desconoce si ha habido algún avance. Está a la espera de que la nueva abogada designada por el Consulado pueda explicarles cómo va el caso. Tras el funeral en Legazpi, la mujer confía en que "la gente me preguntará menos por ellas, porque hasta ahora se interesaban por cuándo sería el funeral", un interés que agradecía, pero que removía muchos recuerdos y sentimientos. "Es fuerte que te pregunten a diario por ellas, por cómo las mataron", apunta Leonarda, que declaraba sentir "una gran presión" horas antes de que tuviera lugar la misa de funeral en Madrid.

Leonarda recordó ayer que su denuncia contra Raúl Álvarez, el presunto asesino, por amenazas interpuesta seis meses antes del crimen, está pendiente de resolverse.

El Juzgado de Violencia de Género número 4 de Madrid trata de determinar si el acusado fue quien perpetró el asesinato, puesto que conocía el lugar exacto en el que se habían ocultado los cadáveres de las dos dominicanas, en el municipio de San Vicente de la Cabeza, de donde son naturales sus padres.