La investigación del atraco de Guarrate abierta por el Juzgado de Toro, inicialmente contemplado como un robo con violencia más de los perpetrados en Zamora, dio un giro de 180 grados cuando los dos detenidos por el delito explicaron que actuaron porque fueron contratados para cobrar una deuda de 20.000 euros al expresidente de Pevafersa, Vicente Fernández Manso y al hacerlo este les dijo que podían obtener más dinero si asaltaban la casa de unas personas que él conocía de Guarrate. Afirman que les dijo que guardaba una importante cantidad en la caja fuerte. Los dos sicarios, que esperaban encontrar el chalé vacío a la hora que actuaron, porque habían vigilado los movimientos de sus dueños, explicaron que aceptaron el supuesto encargo "porque andaban mal" de dinero. Confesaron que Fernández Manso les pagó entorno a 10.000 euros "en monedas de oro" por "el trabajo", según las diligencias, y con anterioridad 2.000 euros en metálico tras el asalto, y a pesar de que nunca hallaron dinero en la vivienda de Guarrate. Los acusados han pedido disculpas a la expresidenta de Pevafersa, Benita Pérez Pascual, y mostrado su arrepentimiento.