Varges, la aldea de tan solo 40 habitantes a la que los tres niños portugueses se dirigían para pasar el mes de agosto con sus abuelos paternos, se encuentra consternada y en estado de "shock" por el trágico accidente de Cerezal de Aliste. Los habitantes de esta pequeña localidad, que pertenece al concejo de Murça, no daban crédito a las noticias que llegaban desde España en la que se hablaba del fallecimiento de tres menores de edad. Varges ha decidido suspender las fiestas de la localidad, que se iban a celebrar este fin de semana, en señal de luto por el fallecimiento de los niños de 12, 11 y 4 años de edad.

El alcalde de la zona, Josep Costa, reconoció que ha sido un mazazo para la localidad. En declaraciones a un medio portugués, uno de los vecinos de la pequeña aldea reconoció que las calles se encuentran vacías desde que se conoció la noticia y pidió "apoyo psicológico para los abuelos paternos de los niños". Además de en la pequeña localidad de Varges, la noticia ha causado gran conmoción en Portugal y en España. Los principales periódicos lusos y las televisiones abrieron ayer y hoy sus informativos con las impactantes imágenes del siniestro

El accidente, el más grave de la operación salida del mes de agosto, ha generado una gran expectación mediática en la capital zamorana. Desde primera hora de la mañana, numerosos periodistas esperaban novedades sobre el estado de los heridos en las puertas del Hospital Virgen de la Concha. Una gran expectación, a la que Zamora no está acostumbrada, y que provocó también que muchos zamoranos se interesaran por la noticia. Incluso algún paciente que se encontraba ingresado en el hospital se asomó a las ventanas para observar al gran revuelo de periodistas y medios gráficos. Una espera infructuosa ya que la tranquilidad fue la tónica general en el hospital zamorano a excepción de que pasadas las 15.00 horas, un furgón de atestados de la Guardia Civil accedió al complejo asistencial por el Servicio de Urgencias.