Son estudiantes de Psicología, Arquitectura, Educación, Ingeniería o Negocios Internacionales con un denominador común, aparte de su procedencia americana: su pasión por el castellano. Provenientes de distintas universidades del estado de Oregón, estos trece estudiantes llevan cinco semanas aprendiendo el idioma y empapándose al mismo tiempo de el día a día de la ciudad. "Me gusta que sea una ciudad pequeña, porque así es más sencillo conocer a gente y poder hacer amigos", valora Jack Feng, estudiante de Ingeniería Biológica que considera que, junto con el inglés y el chino, el español es uno de los idiomas más importantes a la hora de poder comunicarse en el mundo.

"En Estados Unidos hay muchas personas que lo hablan y me parece una lengua muy útil, también a la hora de trabajar. En mi caso, por ejemplo, me gustaría convertirme en médico y poder atender a la gente de los países subdesarrollados, así que será una buena herramienta", valora, tras su primera experiencia en España.

Sheslly Zamora-Martínez destaca de su experiencia personal el acercamiento que ha podido tener con los negocios de la ciudad, ya que ella estudia Marketing "Me sorprende que aquí se utilicen tantos términos en inglés y ha sido muy positivo el poder conocer de cerca el funcionamiento de algunos negocios", agradece. Sobre el poder convivir en un hogar zamorano, asegura que su familia de acogida le ha hecho "sentir como en casa" y sonríe al definir a todos sus miembros de "muy majos, como se suele decir aquí", sonríe, haciendo gala del vocabulario que está aprendiendo.

De lleno en el folclore

Laura Mulas, profesora de la Portland State University con raíces zamoranas, es la propulsora de esta iniciativa, que cada año añade más actividades y novedades para los estudiantes. En esta ocasión, han podido disfrutar de un taller con la Asociación Etnográfica Bajo Duero, "que les ha servido para conocer de primera mano el folclore, la música y las tradiciones de la provincia de una forma original y muy divertida", valora.

Otra de las novedades de este año, aplaudida por estos alumnos, es la convivencia con familias de acogida. Además, no faltan las excursiones a las iglesias románicas de la ciudad, a rincones de la provincia o incluso viajes a Segovia, Salamanca o Asturias. "Hemos estado incluso en Portugal, visitante tanto Braganza como Miranda do Douro", añade Mulas, quien ya asegura que el éxito de este tipo de proyectos augura próximas ediciones con Zamora como destino.