No se trata de un caso aislado ni es la primera vez que sucede algo parecido en Zamora. Las tapas de alcantarillado y otro tipo de rendijas de mental colocadas en calles y carreteras son un blanco fácil para gamberros, y sobre todo para ladrones. Estos últimos días los vecinos del barrio de San Frontis han notado de nuevo la ausencia de estas tapaderas. Pero no ha supuesto ninguna sorpresa para ellos, ya que es una situación que se repite año tras año. Desde la asociación de vecinos aseguran que siempre que sucede se pone en conocimiento al Ayuntamiento y que la actuación es inmediata. "Normalmente avisamos, y en un par de días las reponen", declara Venancio Santos, presidente del colectivo. "Lo curioso es que más de una vez, han desaparecido las tapas recién colocadas".

Esta situación al lo largo del año se acaba notando en las arcas del Ayuntamiento, ya que no solo se producen los robos en este barrio, sino que suelen extenderse a prácticamente todos los barrios periféricos de la ciudad. Esta vez han sido cinco las tapas sustraídas, pero al cabo del año en este barrio pueden desaparecer cerca de una veintena.

El verdadero perjuicio es para los vecinos, que corren el riesgo de caer en uno de estos agujeros. "Cualquier persona que vaya un poco distraída puede cruzarse con uno de estos huecos y sufrir una desgracia", añade Venancio. Y no se trata de una idea descabellada ni alarmante. El riesgo es real y en otras ciudades estos robos han provocado más de un accidente grave. La asociación de vecinos ha colocado tablones y placas de metal provisionales para evitar precisamente estas situaciones hasta que se repongan. "Acaba siendo un engorro tanto para el barrio, como para las instituciones. A pesar de que se aumenta la presencia policial, es imposible evitar los robos y tener todo el barrio controlado", razona el presidente de la asociación.

El destino habitual de estas tapas robadas son chatarrerías donde aprovecha sobre todo su composición de hierro. El beneficio de este metal no es tan alto y se necesita una cantidad considerable de tapas para sacar beneficios asequibles. De modo que los representantes de cada barrio no descartan que estos robos continúen sucediéndose en otros puntos de la ciudad.