A diario, miles de zamoranos pasean por las calles de su ciudad sin darse cuenta de la variedad de arbórea que se cruzan por el camino. Aunque sea algo que pasa desapercibido para la mayoría, ¿qué sería de nosotros sin los árboles?. Esta vegetación cumple funciones muy importantes en el medio urbano: mejoran la calidad del aire, reducen la contaminación acústica, regulan las temperaturas o purifican las aguas subterráneas. Y no solo eso, también embellecen las calles y atenúa la sensación de vivir rodeados de cemento y asfalto. Por estas razones, la Academia Apunto y el Ayuntamiento de Zamora han organizado un taller incluido dentro de la agenda del Verano Joven para que un grupo de niños de entre 7 y 12 años conozca la naturaleza que le rodea y aprenda a respetar el medio ambiente.

"Siempre es positivo aprovechar el tiempo de ocio estival para el aprendizaje" opina María Ángeles Prieto, formadora de la academia "Apunto" mientras enseña uno de los herbarios que han elaborado en el taller. Durante los cinco primeros días del curso, niños y monitoras se desplazaron por diferentes parques de Zamora para recolectar e identificar hojas para después catalogarlas y adjuntarlas a los herbarios. Hojas de magnolio, gingko, sauce, laurel, alianto, castaño o aligustres son algunas de las que han recogido, aunque presumen orgullosos de haber identificado "hasta 98 especies diferentes". Ayer acudieron al centro de interpretación del bosque de Valorio, espacio idóneo para mejorar y repasar los conocimientos adquiridos. "Procuramos que sobre todo aprendan a diferenciar las especies que tienen características similares, sin ser demasiado técnicos para que el aprendizaje nos les resulte denso", detalla María Ángeles quien añade que gran parte de los niños del curso demuestran gran interés por el tema. "Ahora, cuando paseo por la calle, me fijo más detenidamente en los árboles y me siento orgullosa de poder identificarlos" se alegra Silvia Carbajal, una de las niñas del taller.

Otro punto esencial que propone el curso es fomentar el respeto a la naturaleza y destacar el papel que tienen los árboles en las ciudades y en la vida de sus habitantes. Brandon Seminario, otro de los niños que estos días participa en la actividad, menciona que él ya se había interesado por la vegetación con anterioridad y que incluso tiene libros sobre el tema. "Los árboles nos ayudan en la vida, dan oxígeno y tienen funciones medicinales. Merece la pena conocerlos", asegura. "Es todo un éxito que haya algunos niños que te pregunten y que investiguen por su cuenta. Eso quiere decir que les estás transmitiendo tu pasión por el aprendizaje", comenta la monitora.

No obstante, en estos talleres no se persigue solo transmitir conocimientos, también intentan que los más pequeños salgan de sus casas y aprovechen la oportunidad para hacer nuevos amigos y mejorar así sus habilidades sociales. Ana Díaz, otra de las monitoras explica que los niños se muestran generosos entre sí y que incluso "si alguno falta un día al taller, el resto se ocupa de cogerles hojas para que puedan completar también sus herbarios".

De modo que aunque esto pase inadvertido para el resto de zamoranos, es probable que este grupo de veinte niños empiece a ver en los árboles algo más que sombra.