"¿Para qué voy a bajar la calefacción si al final voy a pagar lo mismo?". Preguntas como esta son las que se quieren evitar con la entrada en vigor de la norma que obliga a instalar contadores individuales en los radiadores de las viviendas con calefacción central.

Actualmente, los edificios con caldera comunitaria reparten los gastos de la calefacción entre todos los vecinos teniendo en cuenta -como norma general- una única variable: el tamaño del piso de cada vecino. Esto provoca que un propietario tenga que pagar calefacción aunque durante un mes no esté en el piso, o aunque prefiera una temperatura más baja que otro vecino.

Con los medidores individuales cualquier vivienda podrá conocer, sin dejar lugar a dudas, el consumo de calefacción registrado en cada estancia y, en base a eso, tomar decisiones de consumo. Si no se instalan contadores "generales" -un único aparato en la entrada y salida del circuito de calefacción de la vivienda, posibilidad solo al alcance de los sistemas más modernos-, podrá conocerse si gasta más la cocina, el salón, el dormitorio o el pasillo. Además, dicen los impulsores de la norma, es también algo psicológico. "Si sabemos que nos vamos a gastar menos nos preocupamos más de cerrar los radiadores".