El pretendido centro cultural se ubica en las antiguas instalaciones del matadero, en un edificio nuevo, aunque existen otros dentro del recinto, teóricamente protegidos por su singularidad. Dos colectivos son los más directamente perjudicados por la desesperante demora de la conversión en centro cultural del antiguo matadero: el Centro de Adultos y la Biblioteca Municipal de San José Obrero. Los alumnos del Centro de Adultos, habituados a las dificultades por carecer de ubicación fija y a cambiar en varias ocasiones de instalaciones, acuden ahora al antiguo CEI, una situación poco céntrica para los resignados usuarios. Los socios de la Biblioteca de uno de los barrios más populosos de la capital siguen usando las modestas salas de una entreplanta alquilada en la avenida de Galicia, a tan solo unos metros del que se supone será su destino definitivo, si es que, esta vez, a la tercera va la definitiva.