Todos los animales que llegan a Scooby tienen una historia muy dura a sus espaldas. Algunos llegaron a punto de la muerte a causa de la desnutrición, otros estaban siendo envenenados e incluso a algunos les arrojaron desde un coche en marcha para deshacerse de ellos. A pesar de que han tenido una vida complicada y que en la protectora atienden todas sus necesidades "es muy duro ver las fases por las que pasan aquí dentro", explica la voluntaria. Y es que más que comida, lo que estos perros necesitan es mucho cariño y compañía.