La Ley de la Cadena Alimentaria se ha empezado a aplicar de forma "brusca" y obligará a las industrias agroalimentarias a adaptarse a la nueva norma que obliga, entre otras cosas, a establecer por escrito, y cumplir, los contratos que se suscriban entre productores, elaboradores y distribución. Es una de las ideas lanzadas ayer por Félix Moracho Fuertes, que es el presidente de Vitartis, la Asociación de la Industria Alimentaria de Castilla y León, y participó, junto con el director general de Caja Rural de Zamora, Cipriano García, en un encuentro con empresarios del sector agroalimentario de la provincia, como Cobadu, Gaza, Moralejo, Fariña, Asovino, Marcos Conde, Ilbesa, Embutidos Carracedo Llamas, Panizo, Morales, Covitoro, Embutidos Ballesteros, La Baltrasa, Hidisa o Quesos Revilla.

Vitartis concentra en la actualidad el 40% de la facturación y del empleo de la industria agroalimentaria de Castilla y León. Las exportaciones suponen el 20,3% de la facturación de las empresas asociadas cuya actividad se desarrolla en los sectores lácteo, harinas y derivados, frutos secos, azúcar, café y solubles, vinos, legumbres y hortalizas, galletas, dietética, alimentos preparados y congelados, conservas, carne, aditivos, hostelería y restauración, alimentación animal, así como el sector agroganadero y biotecnología alimentaria.

Moracho indicó que todos estos subsectores son muy diferentes, pero tienen también muchos intereses comunes, que es donde incide Vitartis, que trabaja en tres líneas fundamentales, como son la innovación ("somos expertos en I+D+I), la internacionalización, con la experiencia de las empresas que mejor han sabido salir al exterior y la gestión de ayudas y la financiación. Este último aspecto, reconoció Moracho, "ya no está tan complicado como antes". En este sentido, agradeció a la entidad que dirige Cipriano García el apoyo que ha prestado siempre a la financiación de los proyectos de la industria agroalimentaria. Tanto García como Moracho coincidieron en señalar que la industria alimentaria es un factor fundamental para el desarrollo económico y la lucha contra la despoblación en provincias como la de Zamora, con mucho potencial.