Una empresa láctea ubicada en la provincia ha sido investigada por la Guardia Civil y un zamorano está imputado por su presunta participación en una red ilegal de venta de queso, concretamente la famosa torta del Casar, que consistía en reintroducir en el mercado producto defectuoso al que se reetiquetaba como auténtico, falsificando incluso datos como la fecha de caducidad o la característica de producto "sin gluten".

La Guardia Civil de Cáceres ofreció ayer detalles de la operación, que ha acabado con la detención de tres vecinos de la localidad de Casar, en esa provincia, y la imputación de cinco personas, una de ellas de la misma localidad y las otras de las provincias de Badajoz, Toledo, Sevilla y Zamora por un fraude en el sector alimentario que le ha permitido intervenir unos cuatro mil quesos y 25.300 etiquetas falsas.

El jefe de la Comandancia de la Guardia Civil de Cáceres, Laureano Martín explicó que la operación, de nombre en clave "Caseus", parte de otra anterior "Artemisa", que se inició en 2014 a partir del estudio de la documentación comercial y de 600 etiquetas de productos alimenticios. Esa operación concluyó con la detención en Malpartida de Cáceres de tres personas integrantes del mismo clan familiar, que habían instaurado un mercado clandestino de embutidos y derivados lácteos.

El análisis de aquella información condujo, inicialmente, a confirmar la existencia de una nave en Casar de Cáceres donde, además de almacenarse un volumen importante de quesos, se procedía a la manipulación, curación y etiquetado de estos productos.

Estas instalaciones no figuraban inscritas en ningún registro oficial, ni se hallaban habilitadas para estas prácticas, por lo que se intervinieron unos cuatro mil quesos, parte de ellos sin etiquetas y con deficiencias evidentes, que podrían haber alcanzado un valor en el mercado de 30.000 euros.

También se intervinieron la friolera de 25.300 etiquetas de diferentes variedades de quesos correspondientes a doce marcas comerciales, y utensilios y maquinaria para el etiquetado, tratamiento y embalaje de quesos.

Las investigaciones permitieron determinar que los quesos desprovistos de etiquetas (mil aproximadamente), procedían de dos empresas dedicadas a la elaboración de esos derivados lácteos en Casar de Cáceres, donde se efectuaron inspecciones.

En la primera se acreditó que el traslado y transacción se había materializado sin cumplir los requisitos legalmente establecidos, amparados, además, en un documento en el que no se garantizaba trazabilidad alguna del producto y se le asignaba una fecha de fabricación falsa.

En la segunda se constató, igualmente, que la asignación de fechas de consumo preferente no se ajustaba en modo alguno a las fichas técnicas de los productos de esa firma comercial y excedía en varios meses la fecha de vida útil que realmente les correspondía.

Posteriormente, durante los meses de marzo, abril y mayo, se inspeccionaron catorce empresas dedicadas a la elaboración de productos lácteos, nueve en la provincia de Cáceres y cinco en las provincias de Badajoz, Toledo, Sevilla y Zamora para confirmar el alcance de las relaciones comerciales de sus responsables con los titulares de las instalaciones de Casar de Cáceres.

Se advirtieron disfunciones e irregularidades en la utilización de sistemas de lotes e incluso la simulación de números de lotes que aún no habían llegado a ser liberados al mercado por la firma comercial que elaboraba esos productos o etiquetas con el texto de "sin gluten", cuando las empresas responsables de la elaboración no le atribuían estas propiedades.

Distintos informes del Servicio Extremeño de Salud acreditaban que los productos inmovilizados estaban caducados o en mal estado, y se les había asignado de forma arbitraria los números de lotes y fechas de caducidad.

Martín señaló que no tienen conocimiento de que se haya producido algún problema de salud, ni recibido informe del Servicio Extremeño de Salud de que haya algún tipo de intoxicación en el usuario final.