Cotizaciones empresariales a la Seguridad Social, el pellizco de mensual en concepto de IRPF, las cotizaciones por parte del trabajador, el IVA de cualquier compra que se haga, el céntimo sanitario para echar combustible al coche, Impuesto sobre el Patrimonio... estos y muchos más. En resumen, muchos impuestos a los que el zamorano medio tiene que hacer frente durante el año fiscal. Tantos como para suponer la mitad del coste laboral de un trabajador.

Los datos los ofrece la asociación "Think Tank Civismo", que analiza los impuestos que pagan los ciudadanos de cada territorio de España, arroja un resultado: el "Día de la Liberación Fiscal". Es decir, el día en que el trabajador podría decir, con cierto orgullo, que ya ha pagado todos los impuestos a los que tiene que hacer frente durante el ejercicio. Es un ejercicio teórico, obviamente, pero su traducción resulta sencilla. Si un zamorano al uso quisiera pagar todos los impuestos del año "de golpe" para, cuando acabe, empezar a recibir su sueldo íntegro, tendría que trabajar justo seis meses. 26 semanas, 130 días (suponiendo que trabaje cinco días por semana), 1.040 horas en el caso de una jornada completa.

Como puede comprobarse, costear los servicios públicos no resulta una tarea fácil ni mucho menos corta. Y eso que Zamora se sitúa por debajo de la media nacional porque los impuestos locales que se pagan en la capital no alcanzan las cotas de otras ciudades capitales de comunidad. De hecho, según se puede comprobar en cualquiera de los abundantes estudios al respecto, los tributos que pagan los zamoranos son, como término medio, un 15% menores que la media del país. Zamora destaca sobre todo en el impuesto de circulación, hasta el punto de que Automovilistas Europeos Asociados colocó a la ciudad como uno de los "paraísos fiscales" en este sentido, uno de los lugares con un impuesto de circulación más bajo.

Y, pese al panorama actual, la situación ha ido a mejor para los contribuyentes. De hecho en 2015, la liberación fiscal se adelanta 3 días debido a la reforma estatal y autonómica del IRPF y la reducción del céntimo sanitario. El estudio tiene en cuenta todos los impuestos aunque se centra en los más importantes, como por ejemplo el IRPF. Así, se recuerda que "en 2015 el Gobierno de Castilla y León redujo el IRPF hasta 2 puntos para las rentas más bajas" y "de este modo, el Impuesto sobre la Renta (el tramo estatal más el autonómico) va desde el 20% al 45%".

En la región el trabajador medio viene a pagar una media de 3.281 euros en concepto de IRPF, una cantidad que baja sensiblemente en la provincia como consecuencia de los salarios, más bajos que en otros puntos de la comunidad. A esto hay que sumar que "con respecto a 2014, la reforma del IRPF autonómico supone un ahorro de 114 euros para el trabajador medio que, sumado a la reforma estatal (233 euros), se ha traducido en una rebaja fiscal anual de 347 euros".

Desde "Think Tank Civismo", asociación de ideología liberal, lanzan algunas "recomendaciones" al Gobierno de Juan Vicente Herrera. Primero, "el gobierno autonómico debería deflactar la tarifa del IRPF y aumentar los mínimos familiares para contrarrestar la pérdida de poder adquisitivo generada por la inflación" ya que "si el IRPF no se actualiza al IPC, se produce una subida fiscal silenciosa". También sería necesario, a su juicio, "derogar el céntimo sanitario y el Impuesto sobre el Patrimonio".

Para elaborar los datos no se ha tenido en cuenta el salario bruto del trabajador, sino el coste que tiene para la empresa. " La mayoría de los trabajadores desconoce que la empresa cotiza a la Seguridad Social el equivalente a 84 días de trabajo, 7.296 euros por encima del salario bruto. Esto significa que el valor real del trabajador (o el coste laboral para la empresa) asciende en realidad a 31.696 euros", tomando como ejemplo a una persona que gane unos 24.000 euros. Sí, el estado del bienestar no se mantiene él solo.