Un paso más en la lucha por ralentizar el avance de esta enfermedad neurodegenerativa. El último estudio realizado en estrecha colaboración entre la Universidad de Valladolid y la Asociación de Familiares de Enfermos de Alzheimer de Zamora avala que existe una mejora cognitiva en los pacientes tras su participación en el programa "Un, dos, tres... a recordar esta vez", una iniciativa puesta en marcha por la asociación zamorana hace ya una década.

"Los resultados demuestran que los participantes en el proyecto mostraron cambios en su actividad cerebral que pueden estar asociados a los beneficios que la terapia produce en los enfermos", apunta el investigador Carlos Gómez, quien ha diseñado este estudio junto a su compañero Jesús Poza, ambos miembros del Grupo de Ingeniería Biomédica de la UVA (www.gib.tel.uva.es). Aunque no puede saberse con exactitud la causa de estos cambios, ya que el estudio se centra únicamente en la actividad cerebral, el doctor afirma que "la terapia provoca cambios en la actividad cerebral de los pacientes que consiguen que esta se aproxime a la de un sujeto sano, así que, en cierto sentido, se está frenando al menos los síntomas de la enfermedad o su avance", indica.

Por su parte, la psicóloga del centro, María Rodríguez, reconoce estos cambios en los sujetos que participan durante un periodo prolongado en su particular "Un, dos, tres". "Vamos observando que tienen una implicación absoluta y una motivación al inicio de la tarea que se ve incrementada, además de una satisfacción importante. Con la repetición de determinadas actividades se ve cómo incluso aprenden sus roles", enumera. Prudente, subraya que "hablar de aprendizaje en demencias es algo muy complicado, pero en cierta medida así lo observamos, incluso en personas con la enfermedad más avanzada, donde hay una mejora significativa en la orientación temporal", argumenta.

Con la financiación de la Consejería de Sanidad de la Junta de Castilla y León, el estudio se ha centrado en una veintena de pacientes, con edades comprendidas entre los 70 y 87 años, la mayoría enfermos de Alzheimer, pero también con otras demencias. A todos ellos se les realizó un estudio previo de su actividad cerebral y, meses después de participar activamente en el programa, se volvió a repetir. "Se trata de una técnica no invasiva y que no causa ningún trastorno en los pacientes", asegura Gómez. A los sujetos se les pone un gorro con el que se les capta su actividad electroencefalográfica. "Ellos solo tienen que estar cinco minutos con los ojos cerrados, mientras observamos su actividad cerebral, lo que se conoce como registro basal", resume. En el Grupo de Ingeniería Biomédica de Valladolid es donde después se han procesado todas esas señales registradas antes y después de la terapia para observar los cambios.

La idea de ambas partes es continuar esta colaboración. "Nuestra idea es poner en marcha nuevos proyectos, para los que solicitaremos financiación", apunta. Uno de los próximos objetivos comunes es realizar un estudio multicentro, con voluntarios de todas las asociaciones de España en las que desarrollan el programa "Un, dos, tres... a recordar esta vez".