Llega el verano, y con él vuelven a la provincia todos los zamoranos que trabajan fuera, "éxodo" al que suman los que trabajan en la capital y aprovechan los días de descanso para retornar al pueblo. Esto se nota en las cifras de población, que durante estos meses experimentan un crecimiento exponencial que llega a multiplicar por seis el número de residentes en los pequeños núcleos de población. Es un hecho, pero por primera vez está apoyado por cifras. Son las que da el Ministerio de Hacienda y Administraciones Públicas, que ha elaborado una estadística sobre el crecimiento de población que durante estos meses viven los entornos rurales.

Por lo referente a Zamora, es la zona de Sanabria la que más crece. Se trata de pequeños pueblos casi vacíos durante el invierno y que en los meses estivales ven llegar a vecinos que no acuden desde el verano pasado. Según los datos de Hacienda es el pueblo de Porto el que más aumenta su población, proporcionalmente al número de residentes habituales, durante el verano. De los 215 vecinos habituales se pasa a la cifra de 1.500, indica Hacienda. Todos (o casi) tienen vivienda en el municipio, pues el pueblo no se caracteriza precisamente por su amplia oferta hotelera. El padrón municipal, según la misma fuente, casi se multiplica por siete.

Los municipios del entorno más cercano viven una situación similar. Por partes, Hermisende multiplica su población por cuatro, Requejo por 5,6, Galende y San Justo por cuatro y Cobreros por tres y medio. Por volumen de población, Puebla de Sanabria es también el municipio que más vecinos recibe durante estos meses. Sin embargo, vista la cifra de habitantes que hay durante el resto del año, la llegada de "zamoranos exiliados" queda más diluida.

La zona de Sayago experimenta una situación similar, aunque no tan acusada como en Sanabria. Es Bermillo de Sayago, donde la población residente en verano alcanza los 4.200 vecinos según el ministerio, el municipio donde más se nota esta tendencia. Otros pueblos de la zona como Fermoselle, Pereruela, Carbellino o Roelos de Sayago ven como el número de residentes se multiplica, como mínimo, por dos.

Las estadísticas muestran que este elevado número de personas tiene un origen muy marcado. Se trata de Madrid. Todos los municipios de la comunidad madrileña pierden vecinos en verano. Sin excepción. Se vive una situación similar en el País Vasco, aunque aquí los datos no son tan fiables puesto que el margen de maniobra de Hacienda es más escaso debido al régimen foral. Cataluña es otro punto de origen, al igual que la costa levantina en general. Ahí aumenta la acumulación de ciudadanos en verano, pero es exclusivamente debido al turismo, no al retorno de los emigrantes.

Por lo demás, los datos que se manejan en lo relativo a la provincia son bastantes estables. Aliste, La Guareña? son comarcas que prácticamente duplican su población durante los meses de verano. No hay datos de Zamora capital puesto que el informe se centra en el entorno rural. Es también digno de destacar el caso de Vallesa de la Guareña, donde el volumen de población se multiplica por más de seis hasta superar el medio millar.

Los datos confirman la evidencia de que los pequeños pueblos resucitan durante los meses de verano y vuelven a la cruda realidad durante los fríos meses de invierno. Aunque Hacienda no lo indica, las cifras de población en la capital permanecen más estables durante los doce meses del año.