El simposio "Llegada, duración y prominencia judía en Zamora" comenzó con la presentación de estudios sobre la genética, los llamados "anuzín", los brigadistas hebreos o la música de Sefarad y acabó con una tormenta de ideas entre los ponentes y los asistentes para establecer los cauces que lleven a la apertura de un museo sobre la huella judía de la ciudad. La iniciativa ya ha sido expuesta por los organizadores, el Centro Campantón, y ahora cobra fuerza dado el renacimiento del estudio sobre la cultura sefardí que se da en España y, en particular, en Zamora.

Aunque este año el congreso se ha reducido a un simposio de una jornada bajo el paraguas de la Universidad Nacional de Educación a Distancia de Zamora, las presentaciones de los distintos participantes han mantenido un elevado interés, ratificado en las más de setenta inscripciones registradas por los organizadores.

Por la mañana, la bióloga bragantina Inés Nogueiro habló del estudio que ha compartido con el zamorano Luis Fernández. Juntos han intentado construir un "mapa genético" de las antiguas comunidades sefardíes que poblaron las montañas de La Raya y la provincia de Zamora. Nogueiro expuso los primeros resultados de la iniciativa, que busca completar el conocimiento ya escrito por historiadores y antropólogos. En efecto, los datos establecen, desde la prudencia, "linajes sefardíes" como antepasados de los habitantes del entorno de Braganza.

Por su parte, Emilio Fonseca habló de la criptografía judía y conversa en La Raya, un tema que desató un intenso debate en el aula del Colegio Universitario. Además, Manuel Moratinos desgranó los avances del proyecto cultural que se lleva a cabo en la localidad Castrillo Mota de Judíos, cuyo cambio de nombre -se llamaba Castrillo Matajudíos- ha trascendido más allá de las fronteras nacionales.

El pasado familiar

Los investigadores Manuel Laureiro y Anun Barriuso pusieron el broche a la mañana hablando de los "anuzín" o "forzados" explicando su propio viaje al pasado familiar, donde descubrieron que sus propios parientes descendían de estas familias de hebreos. Las prácticas en los hogares y algunos objetos heredados cuyas fotografías proyectaron en la sala lo demuestran.

Ya por la tarde intervinieron algunos investigadores y estudiosos que han participado en ediciones anteriores de las jornadas serfardíes. Es el caso de Judith Cohen, quien habló de la canción sefardí. O de María Antonia Muriel Sastre, quien expuso su trabajo sobre los brigadistas judíos en la Guerra Civil española. El escritor leonés Santiago Trancón y Abraham Haim, presidente de la comunidad sefardí de Jerusalén, pusieron el broche en una jornada que tuvo su epílogo en una cena de Shabat celebrada en un restaurante de la ciudad.