Ayer, con la inauguración de exposición sobre Ángel Sanz Briz, el "ángel de Budapest", apadrinada por el Centro Sefarad-Israel de Madrid, se abrieron las actividades que centrarán hoy el simposio "Llegada, duración y prominencia de los judíos de Zamora", organizada por el Centro Campantón de Zamora. María de Miguel es una de las representantes del centro madrileño, fundado en el año 2006.

-¿Por qué nació el Centro Sefarad-Israel?

-Somos una de las casas que tiene el Ministerio de Asuntos Exteriores y Cooperación, de la misma manera que existen la Casa América o la Casa Asia. Nos pareció que, cuando se abrió la Casa Árabe, era de justicia y algo equitativo también a nivel político, el crear una casa para el mundo judío. Así, se abrió el Centro Sefarad-Israel.

-¿Cuáles son sus principales objetivos?

-Queremos preservar todo el legado sefardí que hay en España así como conectar y hacer de puente entre España y las comunidades sefardíes que hay en todo el mundo. Además, queremos dar una imagen real y moderna de Israel. Esos tres puntos son nuestra misión fundamental. Por eso, hacemos actividades que sirvan, por ejemplo, para dar a conocer cuáles son los libros que más se venden allí o un festival de cine judío. También queremos acercar y explicar tradiciones como janucá que no son tan conocidas para la población en general.

-Se trata, entonces, de una labor centrada sobre todo en la difusión del ámbito cultural judío.

-Sobre todo queremos acercar la cultura a través de presentaciones de libro, conferencias sobre el judaísmo y sefardí, pero también asquenazí, la otra rama de los judíos y que agrupa a los que proceden del este.

-Estos judíos asquenazíes están muy presentes en la exposición que se abre hoy, ya que gran parte de las personas quienes salvó Sanz Briz lo eran.

-Queríamos explicar y contar la labor de los diplomáticos españoles para salvar a los judíos durante la II Guerra Mundial y librarlos del Holocausto. Estos políticos arriesgaron sus vidas y las de sus familias, además de sus carreras, para proteger a los judíos: los escondían en casas, les daban pasaportes falsos para que huyeran... Se trata de los "justos de las naciones", las personas no judías que ayudaron a los judíos durante la II Guerra Mundial. Una vez que se demuestran sus acciones, Israel y el Museo del Holocausto les entrega un diploma y una medalla por su contribución. Cuando te la conceden es como si te hicieran santo en Roma. En España, Israel ha reconocido a varios de estos "justos", uno de los cuales es Ángel Sanz Briz que logró librar a miles de hebreos.

-¿Hay muchas historias como la del "ángel de Budapest" que aún se desconocen?

-Sí. Recientemente, hace unos pocos meses, en Jerusalén se ha nombrado Justo a Sebastián de Romero Radigales. Se está haciendo mucha labor de investigación para dar con esas personas anónimas, funcionarios y diplomáticos, que ayudaron a los judíos. Nosotros hace poco también presentamos un libro sobre cómo, por Canfranc, pasaron muchísimos judíos, entre ellos, Chagall.

-Esos diplomáticos españoles usaban el que los judíos fueran sefardíes para buscar un salvoconducto para salvarlos.

-Claro. Aunque también se salvó a muchos asquenazíes, el hecho de ser sefardíes les permitía intentar que se librasen diciendo que no eran judíos sino ciudadanos españoles para buscar un vacío legal. Se intentó salvar a todos dentro de las posibilidades que había, que eran pocas, pero había que usar el ingenio. Por ejemplo, Sanz Briz, salvó en Budapest a muchos bajo bandera española como lo hizo De Romero Radigales en Salónica. También, algunos diplomáticos escondieron a judíos en su casa diciendo que eran mayordomos, amas de llaves...

-Son historias casi cinematográficas como la de Oskar Schindler.

-Sí. Él es el más conocido, pero en España tenemos bastantes de estos héroes a los que aún no les ponemos nombre. Unos son funcionarios, otros diplomáticos... Además, durante la dictadura, muchos de estas historias quedaron silenciadas porque no era bien visto por el régimen haber salvado a los judíos. Muchos diplomáticos fueron degradados o pasaron a un segundo plano.

-¿Cuál es la mayor huella del legado sefardí en España?

-Arquitectónicamente, las que hay juderías en muchísimas ciudades grandes y pequeñas. Hasta en localidades como Lorca, no tan importantes como Girona, Segovia o Toledo, han aparecido sinagogas una vez que se ha buscado y se ha montado hasta un museo. En otros aspectos, la cocina sefardí también continúa presente en España ya que muchísimas recetas con berenjena, calabacín o apio que, por ejemplo, tienen origen judío.