Dos empresarios, cuyas iniciales corresponden a J. C. G. y C. T. R., se enfrentan a dos años de cárcel a petición del Ministerio Fiscal por un accidente laboral en el que un hombre se precipitó desde una altura de cuatro metros cuando podaba una encina en una finca de El Perdigón. En el banquillo del Juzgado de lo Penal se sentaron ayer el representante legal de la finca donde ocurrió el accidente y el empresario que éste había contratado para llevar a cabo las labores de poda de las encinas de la explotación. Asimismo, la Fiscalía solicita que el trabajador lesionado sea indemnizado con más de 140.000 euros. La caída provocó que el hombre, que sufrió lesiones en una pierna y la muñeca, tuviera que ser intervenido en tres ocasiones y sufra problemas de movilidad en una de sus manos.

En la vista oral, el representante de la explotación ganadera aseguró que siempre "tuve especial interés en el plan de seguridad" y aseguró que hasta que no recibió todos los documentos acreditativos no dio permiso para que comenzaran las labores de desbroce. Por su parte, el empresario encargado de podar la fina aseguró que contrató un servicio de prevención pero "nadie de la empresa me llamó". Una vez que las labores de poda comenzaron, el segundo imputado reconoció ayer que el trabajador "no llevaba arnés" aunque si que declaró que le proporcionó un casco pero "no lo llevaba puesto".

El trabajador afectado declaró ante la jueza que lo único que le proporcionó el empresario fue unos guantes y unos pantalones y relató que se cayó del árbol al resquebrajarse una de las ramas en las que estaba apoyado.

El inspector de trabajo encargado de redactar el informe del accidente relató ante la sala que el trabajador tendría que haber llevado arnés pero reconoció que no suele ser frecuente el uso de las protecciones por el coste económico que supone. El perito destacó que ya se ha sancionado a la empresa que contrató al trabajador y se ha realizado un recargo de las prestaciones.