Como ya dijo en el discurso de investidura, el empleo va a ser una de las prioridades de la acción política de Maite Martín Pozo al frente de la Diputación Provincial, para lo cual tiene previsto alcanzar el consenso más amplio posible y mantener conversaciones con los empresarios de cara a dinamizar el tejido productivo. Una vez diseñado su equipo de Gobierno parece que la idea es ponerse a trabajar enseguida en este y en otros asuntos que marcó como prioridades para un mandato al que pretende dar un carácter muy social. Martín Pozo va a tener enfrente en los debates de plenos y comisiones a portavoces totalmente diferenetes a los que tuvo Maíllo. En el PSOE entra su secretario provincial, Antonio Plaza, de un perfil sin duda más político-partidista que su antecesora, Rosa Muñoz, más pegada al mundo rural y que incluso estaba liberada, a pesar de mantenerse en la oposición. Plaza salió concejal por Moreruela de los Infanzones, lo mismo que la propia presidenta, Martín Pozo, que fue cuarta por Piedrahíta de Castro. En las filas de Izquierda Unida entra Laura Rivera en sustitución de Francisco Molina, si bien ésta es una novedad relativa, ya que ya estuvo de portavoz de su grupo durante un mandato. Protagonizó, por cierto, intensos debates con el entonces presidente, Martínez Maíllo. La mayor incógnita está en el joven David Carrión, de Ciudadanos, en principio más receptivo al diálogo con el equipo de Gobierno.