El expresidente de Pevafersa, Vicente Fernández Manso, acaba de ser señalado por los dos acusados del atraco y agresión a la expresidenta de Pevafersa, Benita Pérez Pascual, ocurrido hace un año, como la persona que les contrató, según ha podido saber este diario. Su misión no era otra que ayudarle a recuperar "casi un millón de euros" que le adeudaban los dueños de la vivienda que debían asaltar, una cantidad relacionada con "una empresa", afirman que les dijo el exdirectivo.

El Juzgado de Toro que investiga lo sucedido hacia las 12.00 horas del día 11 de junio de 2014 deberá determinar si el atraco -que en principio se relacionó con la oleada de robos con violencia perpetrados en la provincia- quedaría totalmente descartado y, como afirman los dos sicarios, responde a una trama urdida por quien fuera el antecesor de Pérez Pascual en la empresa fotovoltaica y ejecutada por los dos "porque andaban mal" de dinero, justificaron.

Los detenidos, que han confesado sentirse arrepentidos de la agresión, afirmaron ante la juez de Toro que Fernández Manso les pagó entorno a 10.000 euros "en monedas de oro" por "el trabajo", según consta en las diligencias abiertas. Un pago que se efectuó, tras otro anterior de 2.000 euros en metálico, después del suceso y a pesar de que los dos hombres nunca hallaron el dinero que el expresidente de Pevafersa les habría asegurado que la víctima y su familia guardaban en la caja fuerte de su residencia de Guarrate. Los acusados de un robo con violencia y de lesiones graves a Benita Pérez solo pudieron llevarse los escasos 200 euros que la mujer tenía en su bolso, de acuerdo con los detalles que recoge el sumario.

Los dos imputados, que declararon recientemente en el Juzgado de Toro, relataron cómo entraron en contacto con el empresario toresano, con el que se habrían visto varias veces antes de perpetrar el asalto. En los sucesivos encuentros, algunos en lugares propiedad de Fernández Manso en el municipio de Toro, este les indica dónde se halla la caja fuerte en la que, supuestamente, guardaban el dinero Pérez y su esposo, Álvaro Sánchez. El expresidente de Pevafersa había tenido una estrecha relación con el matrimonio, puesto que fue cofundador de Pevafersa con el marido de Benita Pérez en el año 1997.

Los sicarios confesaron, durante el interrogatorio habido en el Juzgado, que nunca pensaron encontrar a nadie en la casa, ya que sabían que a las horas en que actuaron estaba normalmente vacía. De hecho, en los días previos al atraco, vigilaron Guarrate y las inmediaciones del inmueble, para estudiar sobre el terreno cómo llevar a cabo el robo.

Los vecinos confirmarían a la Guardia Civil, tras el suceso, que unos desconocidos habían estado merodeando por el pueblo. Las declaraciones de los supuestos sicarios coinciden en detalles como dónde se reunieron y cuántas veces con Fernández Manso o el pago en oro.