Los medios nacionales siguen posando sus ojos en Zamora tras las elecciones municipales. En esta ocasión, fue el programa de debate político "Al Rojo Vivo" de La Sexta los que quisieron contar con el testimonio de Francisco Guarido, el candidato de Izquierda Unida y, posiblemente, futuro alcalde de Zamora.

El presentador, Antonio García Ferreras, definió a la ciudad como "la pequeña aldea que resiste" en lo que calificó como "el milagro de IU", en una situación "histórica" en la que, por primera vez, una capital de provincia en Castilla y León puede estar gobernada por Izquierda Unida. El candidato quiso, en cierto modo, restar importancia a esta situación alegando que, desde su entrada en el Ayuntamiento, el número de votos a la formación ha ido creciendo. "Estamos en lugar adecuado y momento adecuado. Estos resultados no vienen de ayer, sino que los zamoranos nos han ido premiando con mayor representación cada cuatro años", afirmó Guarido.

Preguntado por la situación de las negociaciones con el Partido Socialista, el candidato de Izquierda Unida reconoció que están siendo "muy lentas", pero no por falta de acuerdos entre las dos formaciones sino por problemas en el seno del PSOE local. "Nosotros estamos 24 horas sentados en la mesa esperando a que nos llamen. Ellos tienen pequeños líos internos, y tendrán que resolverlos cuanto antes porque los zamoranos esperan", reconoció Guarido. "Desde el primer día les hemos propuesto un programa y les hemos ofrecido entrar en el equipo de gobierno en la medida de los votos que han obtenido en las elecciones. Si no quieren formar parte de él tampoco habría problema porque estamos en condiciones de hacerlo solos, pero lo que necesitamos es que terminen las discusiones internas que ralentizan el proceso", concluyó el candidato de IU, que terminó su intervención reconociendo al presentador que "no se están destruyendo papeles en el Ayuntamiento, en la medida de lo que yo sé".

Finalmente, aprovechando su intervención, el candidato zamorano fue preguntado por la posibilidad planteada a nivel nacional de que su partido renuncie a sus siglas de cara a la creación de un frente cívico junto a Podemos, posibilidad que se apunta ya desde Madrid tras la debacle electoral de IU. "Desde la periferia de la periferia no me voy a inmiscuir en decisiones federales, pero me gustaría que mi partido siguiera con sus siglas. En Zamora la marca IU es una referencia, aunque en otras ciudades no ha sido así y se ha presentado con otras formaciones y ha funcionado. El valor de Izquierda Unida es que se decide democráticamente en asamblea si renunciar o no a la marca, pero la situación nacional es la que es", reconoció Guarido. "Es algo que se debe debatir y votar en las asambleas locales. En Zamora no nos oponemos a nada y, si hay algo mejor para derrotar a la derecha, lo haremos. Lo democrático es debatirlo en las bases y cualquier propuesta debe pasar por ahí", sentenció.