Respetar la capilla del antiguo Hospital Provincial hubiera supuesto un retraso mínimo de 21 meses en la construcción de las nuevas instalaciones, sacrificar entre un 10% y un 15% de la superficie de las consultas externas que previstas en esta zona y el sobrecoste de "resolver el contrato actual e indemnizar a las constructoras" así como realizar un diseño alternativo. Estos son los argumentos que ayer esgrimió el gerente de Atención Primaria y Hospitalaria de Zamora, Francisco Javier Montes, y la arquitecta responsable, Cristina Tremiño, desde el Virgen de la Concha mientras en el antiguo Rodríguez Chamorro se iniciaba la demolición del inmueble que ha albergado los servicios religiosos del centro desde su construcción en 1966.

Frente a la defensa que el Colegio de Arquitectos de Zamora ha realizado del inmueble y a la fuerte contestación social a la desaparición de la capilla, los responsables de Sanidad en Zamora y del proyecto han argumentado que el oratorio no estaba "catalogado ni protegido" y que el diseño "no recibió alegaciones ni de particulares ni de organismo oficial alguno" durante el mes de exposición pública al que fue sometido. Asimismo, los comparecientes negaron que el espacio ganado se vaya a destinar a quince plazas de aparcamiento, una de las principales críticas recibidas.

Precisamente, la supresión de la capilla supone el inicio de la segunda fase -ya está en uso el edificio de hospitalización y las demoliciones alcanzarán también la actual torre de once plantas- de las nuevas instalaciones, que hubieran tenido que "reducir la superficie disponible, modificando todos los accesos y las zonas asistenciales" de haber mantenido el oratorio, en palabras de Francisco Javier Montes. De hacerlo, la Junta de Castilla y León -titular de Sanidad- habría tenido que "resolver los actuales contratos indemnizando a ambos contratistas con una cantidad equivalente al beneficio industrial". Montes añadió que respetar el edificio religioso -como han pedido partidos políticos, colectivos ciudadanos, arquitectos y estudiosos- hubiera supuesto "un parón mínimo de 21 meses si todo fuera rápido y bien".

En la decisión de continuar ha pesado, en opinión de la Junta, "garantizar la asistencia sanitaria". Las demoliciones se prolongarán por más de tres meses, informó la arquitecta Cristina Tremiño, quien recalcó que la ya inexistente capilla "no estaba catalogada", pese a que la Junta de Castilla y León lo recomendó en 2009 y el Ayuntamiento era consciente de las consecuencias del proyecto para el que dio licencia.

Para Tremiño, el oratorio -perteneciente a la arquitectura de la etapa 1925-1965- "no es un edificio singular ni que haya que mantener". La diseñadora reprochó que el Colegio de Zamora pidiera mantenerlo sin haberlo incluido en la Guía de Arquitectura de Zamora.