Aunque reconoce que hacía tiempo que no escribía poesía, el zamorano Marcos Antón ha sido seleccionado para participar en "El país de los poetas", una antología con obra de un centenar de jóvenes, a iniciativa de la Asociación Española de Innovación Social, la Universidad Complutense de Madrid y el Grupo Poessible.

-¿Cómo nace este proyecto?

-Es una antología de poesía que ha sacado una fundación solidaria, Asociación Española de Innovación Social, en colaboración con la Universidad Complutense. Somos cerca de sesenta poetas relacionados de alguna manera con el ámbito universitario y con el principal objetivo de llevar la poesía a las aulas.

-¿Cómo se decidió a participar?

-Enviaron la convocatoria a la Universidad, mandé los textos y lo escogieron. No es la primera vez que participo en una antología, tanto de poesía como de relatos, pero hacía ya algo más de un año que no publicaba en papel porque me gusta revisar todo muy bien antes de lanzarme a enseñarlo.

-¿Es muy difícil para los autores jóvenes acceder al papel?

-Ahora es complicado, sobre todo para los poetas. En España se publican muy pocos títulos y muy pocos ejemplares de los libros de poesía porque no se lee tanta como la gente piensa. Ahora mismo donde se publica es en internet, ya sea en blogs o en publicaciones online. El papel es arriesgado porque es muy caro y los libros de poesía son muy difíciles de rentabilizar a no ser que seas un autor consagrado o tengas una gran estrategia de marketing detrás.

-Y eso que ahora, gracias a las redes, parece haber un "boom" poético.

-Aunque todo esto empezó hace años en los blogs, la verdad que con los microcuentos parece haberse puesto de moda, sobre todo entre los jóvenes. Escribir poesía es muy fácil, pero escribir buena poesía es muy difícil. Casi toda la buena poesía se ha escrito ya, por eso es muy difícil mejorarla. El mejor camino es conocer la tradición e intentar hacer cosas nuevas, pero no el único. Es bueno que haya montones de jóvenes escribiendo algo que podemos llamar poesía aunque no hayan leído a los clásicos, porque el verdadero juez de la calidad de una obra no es el crítico sino el lector.

-Aquí en Zamora aún parece que esa oleada de poetas aún no ha llegado.

-Zamora es una ciudad pequeña con poco movimiento cultural y literario, menos del que debiera, teniendo en cuenta la cantidad de nombres que ha dado a la literatura. Aunque ahora lo vea desde fuera, porque no estoy allí, hay mucha gente con talento y hay gente que se mueve. El problema es que la cultura está muy institucionalizada y parece que si no hay subvenciones no queremos hacer nada. El dinero de las administraciones es necesario para hacer cosas trascendentes, pero se pueden hacer cosas importantes sin arruinarse. Es muy fácil pedir un par de permisos y montar un recital en la calle o en un bar. Pero no se hace, no sé si por pereza o por el qué dirán. Zamora es una ciudad pequeña y tiene sus grupos herméticos y, al final, siempre se le echa la culpa al dinero. Cuando las arcas están llenas, hay gasto en cultura, pero cuando hay crisis, es uno de los sectores que más sufre. Si de verdad estamos saliendo de la crisis y las administraciones vuelven a invertir en cultura, en actividades, ferias y recitales, entonces nos espera un buen momento.