El obispo Gregorio Martínez Sacristán acaba de bendecir la nueva capilla del Convento de Santa Clara en la capital, cuyas formas tienen la particularidad de haber sido previamente dibujadas por una de las religiosas que forma parte de la comunidad. Podría decirse que el espacio está inspirado en el propio acercamiento a Dios, sí, pero con técnicas y materiales de la arquitectura del siglo XXI. El moderno oratorio viene a festejar las dos décadas de encuentros que "las Claras" han realizado en este mismo lugar junto a grupos de jóvenes e integrantes de las parroquias zamoranas.

Quizá la oración se prepare también para los nuevos tiempos. No puede dejarse pasar por alto que la presencia de las religiosas clarisas en el convento de la capital se remonta al año 1229, en una trayectoria que les ha valido el sobrenombre de "las Claras". Como advierte el Obispado, existen otras dos comunidades de la orden fundada por santa Clara de Asís en la capital, el convento de Santa Marina y el Corpus Chisti, más conocido como El Tránsito. Moderna iluminación, líneas curvas y maderas en tonos claros para una actividad que no cambia: "oración" y "celebración".

"Formamos la comunidad veinticuatro hermanas que, con nuestras "caídas" y "levantadas" intentamos seguir a Jesús y su evangelio a través del carisma franciscano-clariano", explican las religiosas. "Un día Dios inspiró a nuestros fundadores, san Francisco y santa Clara de Asís, seguir a Cristo viviendo en pobreza, fraternidad, oración y alegría", revelan las hermanas, quienes aseguran que esto "es lo que nosotras queremos, vivir sencillamente y actualizar en la Iglesia y en el mundo de hoy".

Con aires renovados, la casa de oración conquista su vigésimo aniversario. "El año 1993 comenzamos a celebrar encuentros de oración y convivencias con jóvenes", informan las religiosas. "La verdad es que no teníamos mucho sitio donde acogerlos cómodamente. Por eso, el año 1995 nos decidimos a construir una pequeña casa de oración, en la que seguimos acogiendo a muchos grupos de jóvenes para convivencias de fin de semana y encuentros espirituales el primer sábado de cada mes", informan.

En este camino, "las Claras" explican que "todavía echábamos en falta algo muy importante: un oratorio con el santísimo sacramento para poder estar con Jesús en oración silenciosa y tener ante él los encuentros". Un anhelo cumplido ahora que se festeja el año de la Vida Consagrada dentro de la institución eclesiástica. Después de haber llevado a cabo las obras en este pequeño espacio del convento, el propio obispo, monseñor Martínez, acompañado de Narciso Lorenzo, delegado de Liturgia, ha bendecido el lugar.

"Alegría y satisfacción". Este es el sentimiento ante el sueño hecho realidad. "Viendo nuestro oratorio realmente terminado, y animadas por las orientaciones del papa Francisco a los contemplativos, esperamos poder ofrecer en breve nuestra casa de oración para reanudar las convivencias y los encuentros", expresa la comunidad de clarisas del convento de la capital.