"Hemos tenido que hacer más bocadillos porque se agotaron", afirman desde Manos Unidas. Y es que ayer las 4.000 unidades preparadas por alrededor de medio centenar de voluntarios y colaboradores volaron en la Plaza de la Constitución, lugar al que acudieron escolares de centros educativos, principalmente concertados; profesores, religiosos o representantes públicos y donde tuvo lugar la lectura del manifiesto por parte del inspector de educación José Javier Lorenzo Huerga así como la actuación del grupo Doña Urraca en el Día del Ayuno Voluntario, organizado por Manos Unidas. La cantidad lograda en la capital irá a un proyecto de rehabilitación de una escuela de Infantil y Primaria en el norte de La India.

Para que la Operación Bocata, como es conocida popularmente, llegue a buen puerto y estén los bocatas y el agua a tiempo "hay que sumar muchos esfuerzos". Semanas antes desde Manos Unidas contactan con comercios, establecimientos de hostelería y bares para que colaboren o bien "se ofrecen a nosotros". En esta ocasión la cifra de firmas que han querido realizar una aportación supera las 60 y "15 de ellas nos ayudan por primera vez", reconoce la presidenta del colectivo católico, Pilar Gutiérrez. Otro puntal lo representan los voluntarios de Manos Unidas que la víspera de la celebración ya comienzan a preparar los fiambres y las tortillas, ayudados por muchos colaboradores, en las instalaciones de la residencia San Alfonso. Es el caso de Carmen Rodríguez, quien colabora en este acontecimiento desde hace cuatro años. "La tarde de ayer (por la del jueves) hicimos más de 50 tortillas y no seguimos porque se agotaron los huevos y las patatas", detalla, mientras que Belén Martín, voluntaria de la ONG, comenta que participa "por convicción". "Soy madre y creo que es importante inculcar unos valores a los niños y ¡qué mejor manera que dando tú misma ejemplo!". Toñi Calvo presta su ayuda en las actividades que promueve el colectivo católico, pues "hay que echar una mano para que todo salga bien. Con buena voluntad es muy fácil y pones un granito de arena para recaudar dinero para una serie de proyectos en el Tercer Mundo", asegura.

El reparto resulta fundamental en la Operación Bocata, dado que hay que llevar los bocadillos a centros educativos del alfoz, como el colegio de Morales del Vino o el CRA de Gema; o bien a colegios alejados del centro de la ciudad, como el Nuestra Señora del Rocío, a los hospitales o al INSS. En esta tarea ha colaborado, entre otras personas, Fernando Lozano. Recién jubilado atestigua que "dispongo de tiempo y me pidieron que colaborase y aquí estoy". Entre los aspectos que resalta "el ánimo de todos de arrimar el hombro".

Por otro lado, Manos Unidas celebró ayer una misa de acción de gracias en San Lázaro y el domingo la recaudación de las colectas de la diócesis irá destinada a los proyectos que respalda la ONG.