El delegado diocesano de Patrimonio, José Ángel Rivera de las Heras, ha pedido a las instituciones «mayor promoción» del Museo Diocesano, abierto hace dos años y medio en la iglesia románica de Santo Tomé. Según De las Heras, el circuito habitual de los visitantes comienza en San Martín, recorre la Catedral y regresa a la Plaza Mayor, donde termina. La colección de arte sacro, por lo tanto, queda fuera de las visitas. Aún así, el delegado diocesano admite que el Obispado «está satisfecho con las visitas de personas que entienden lo que vienen a ver, aunque no sea un público masivo».

La solicitud a las instituciones ha surgido en la presentación de la muestra temporal que estará presente los próximos seis meses. Una selección de una veintena de piezas decorativas —la mayoría jarrones— procedentes de Tagarabuena, la iglesia de San Vicente y los conventos de las Concepcionistas y las Juanas. Exponentes del modernismo y del «Art Déco» surgido en torno a 1900, estos bienes eran de producción fabril y llegaron de Cataluña en el cambio de centuria.