Zamora tiene empadronados oficialmente a 64.423 habitantes. Pues bien el padrón del año 1998 decía que había 64.421. A efectos de población, la capital ha retrocedido tres lustros. Y eso que parecía inmune a los males generales de la provincia, e incluso se podía interpretar que la gran ciudad provincial tenía una suerte de efecto imán que le permitía quedarse con los vecinos que iban abandonando los pueblos. Pero al final el fenómeno de la despoblación ha terminado afectando también a la capital provincial, que llegó a su máximo, los 66.293 habitantes en el año 2009 y desde entonces no ha hecho sino caer.

Algo parecido le ha ocurrido a Benavente, aunque en este caso el descenso ha comenzado hace tan solo un par de años y tras una buena era de crecimiento que, aunque lento, era muy sostenido. Toro en cambio a sufrido una evolución mucho más dependiente de la coyuntura económica, con aumentos de población en las épocas de bonanza y descensos en las de crisis. La evolución que han experimentado los distintos municipios de la provincia es diferente en cada caso. Algunos, de hecho, habían logrado mantener su padrón más o menos íntegro, hasta la última crisis, mientras en otros casos se observa un acusado declive que viene ya de años atrás. Por ejemplo, en algunas cabeceras de comarca tradicionales como pueden ser Puebla de Sanabria, la otra cabeza de partido judicial, Villalpando, Bermillo de Sayago, Coreses o Fermoselle

Un vistazo al tamaño de los pueblos de la provincia arroja también luz sobre el fenómeno de la despoblación. Aunque se mantienen los mismos municipios desde hace 15 años, en 199 había tan solo seis pueblos menores de cien habitantes, mientras hoy casi cuadruplican esa cifra, ya que alcanzan los 23. Entre 101 y 500 habitante, es decir, pueblos pequeños hay ahora 173, mientras hace tres lustros eran 159. Esto significa que muchos de los pueblos, casi la mitad, que en 1999 tenían entre 500 y mil habitantes han pasado al tramo de los de menos de medio millar. Hace 15 años en la provincia había 57 localidades entre los 500 y los mil habitantes, mientras ahora solo hay 32. Por encima de mil habitantes hay 16 localidades frente a las 23 de hace tres lustros. Todos estos pueblos han caído al tramo inferior, excepto Morales del Vino, que logra subir un escalón y desde 2004 es el único pueblo de la provincia que supera los dos mil habitantes, exceptuando las ciudades de Toro, que no llega a diez mil, Benavente, que se aproxima a los veinte mil y Zamora, que sobrepasa los 50.000. Prueba de que el descenso poblacional de las ciudades de la provincia está relacionado con el descenso general es que tanto Zamora como Benavente y Toro a pesar de perder vecinos aumentan su peso relativo. Si en 1999 el 31,7% de la población provincial vivía en la capital hoy lo hace el 34,7%. De la misma forma Benavente ha pasado de tener el 8% de la población provincial a aglutinar el 10. Toro sube del 4,5% al 5% y Morales del Vino al 1% al 1,5%. Descienden los pueblos de entre mil y dos mil habitantes, que de aglutinar al 15,5% de la población provincial han pasado al 11,3% y los de 500 a mil, que pasan del 18% al 11%. Curiosamente los pueblos de entre 100 y 500 habitantes aglutinan al 24% de la población provincial (tres puntos más que hace 15 años), lo que supone que uno de cada cuatro zamoranos vive en un pueblo de menos de 500 vecinos.