Una amplia investigación que ahonda en el ámbito filológico de los bailes, las músicas y las fiestas cobrará forma física en el libro "Mapa hispano de bailes y danzas de tradición oral. Tomo II: Aspectos festivos y coreográficos", una publicación que ultima el filólogo y folclorista zamorano José Manuel González Matellán.

El etnomusicólogo zamorano Miguel Manzano recibió el encargo del Consejo Internacional de Organizaciones de Festivales de Folclore y las Artes Tradicionales, Cioff, de realizar un seguimiento de todos los bailes de España. El planteamiento finalmente se ha materializado en dos publicaciones, una centrada en la música realizada por el compositor Manzano y que vio la luz en 2006, mientras que los bailes y los aspectos festivos y coreográficos los ha examinado el experto González Matellán, quien subraya que "hasta ahora nunca se había investigado sobre lo que dicen y cuentan las palabras" que están asociadas a estas manifestaciones.

"Nuestros comportamientos sociales y festivos derivan de la cultura romana y como la cultura musical, la coreográfica no está al margen", explica el estudioso que ha profundizado en la temática durante una docena de años y que ha buceado en numerosos estudios filológicos, algunos de ellos extranjeros.

Entre las principales conclusiones de su extensa investigación González Matellán apunta que la cultura festiva de todo el cauce mediterráneo "tiene un fondo común que viene de los tiempos de finales del Imperio porque se habían perdido tradiciones romanas o las existentes, las habían ya readaptado" y que "las estructuras rítmicas de la música coinciden con estructuras métricas que están en la poesía". En este sentido ejemplifica que "el ritmo crético que está en la poesía es el ritmo quinario que aparece en el Zangarrón de Sanzoles"

Y es que en su análisis el profesor de Secundaria y experto en folclore remarca la importancia del baile de Sanzoles, del baile de Venialbo y los Mourisqueiros de Valongo, en Portugal, dado que "son las manifestaciones donde se mantiene la relación entre la acción festiva y la coreomusical".

Respecto a Sanzoles, el estudioso describe que "el baile de venias y la fiesta se documentan a finales del Imperio Romano". Desde su punto de vista la coreografía de este festejo martirial tiene unas venias "tomada de un saludo militar del ejército romano". También considera un saludo de origen castrense, con el que en tiempos romanos se honraba a una autoridad, la venia que "el Zangarrón de Montamarta realiza a la entrada de la ermita cuando vienen las autoridades. El personaje se hinca de rodillas y de repente pega un salto hacia arriba; luego a la entrada del pueblo hace el mismo gesto, una genuflexión y un salto", unos movimientos que, con variantes, están presente en otras mascaradas como el Tafarrón y Madama de Pozuelo de Tábara.

Por otro lado, durante siglos los danzantes de Venialbo iban al monte del Viso a una ermita, donde realizaban su baile. Para González Matellán se trata "de una fiesta martirial, con una coreografía de venias con ritmos quinario y epítrico segundo, unida a una advocación sanadora cristianizada, la Virgen del Viso, que procede de una diosa femenina cuyas cualidades están relacionadas con la curación de la vista", unas conclusiones extraídas "de la filología, la toponimia y de la celebración".

El experto José Manuel González defiende que estudio "es una primera aproximación" a la estructura festiva, coreográfica y musical anterior a la Edad Media y su análisis debería completarse posteriormente "zona por zona" a fin de conocer el origen de este patrimonio.