Cientos de peces muertos se pudieron ver ayer bajando arrastrados por la corriente del río Duero a su paso por la capital, según denunciaron testigos presenciales. Algunos ciudadanos dieron aviso tanto al Seprona como a la Policía Municipal y el concejal de Medio Ambiente, Feliciano Fernández dio la voz de alerta a los técnicos municipales.

La inspección ocular de la mortandad de peces, explica el concejal, indicaba que algunos de los ejemplares estaban descabezados o partidos. La hipótesis más probable es que hubieran sido atrapados por algún tipo de turbina, aunque no se ha podido localizar su procedencia. No obstante, los técnicos realizaron también indagaciones ante el servicio de Aguas y la Confederación Hidrográfica del Duero por si la mortandad de peces pudiera deberse a la mala calidad del líquido que circula por el cauce o algún tipo de elemento contaminante, aspecto que quedó descartado.