El Banco de Alimentos de Zamora aspira a "cuadruplicar" los productos recogidos en la anterior edición de la "gran recogida", que el pasado año, con tan solo dos establecimientos colaboradores, superó los cinco mil kilos de alimentos. Su presidente, Andrés Rincón, espera que la solidaridad zamorana haga posible sobrepasar las 20 toneladas este año durante los días 28 y 29 de noviembre en los seis centros comerciales de la ciudad que colaboran, como Eroski, Alimerka, Mercadona, Carrefour, Lidl y Dia.

Serán ochenta voluntarios, pertenecientes gran parte de ellos a las parroquias con las que trabaja el banco de alimentos, los que se organizarán durante esos dos días para recoger las donaciones de los consumidores en estos supermercados, con petos identificativos y octavillas que repartirán para que los zamoranos conozcan qué alimentos son los que tienen mayor demanda.

"Los productos más necesarios y urgentes son leche, galletas y aceite, ya que son alimentos que se consumen diariamente", justifica el presidente de la delegación zamorana. Una lista a la que se suman las legumbres y la pasta. "Ojalá pudiéramos repartir también alimentos frescos, pero es casi una utopía", reconoce, aunque lanza el guante a empresas de congelados que quieran hacer donaciones de pescado o carnes, ya que desde hace pocas semanas el banco de alimentos dispone de una cámara frigorífica que podría conservar estos alimentos hasta su entrega.

Una quincena de voluntarios colabora diariamente en la carga, transporte y clasificación de alimentos que se reparten a través de las parroquias a cerca de 4.000 personas de la capital y la provincia, ya que el banco de alimentos también extiende su ayuda a localidades como Benavente, Corrales del Vino, Fuentesaúco, Venialbo o Villardeciervos. "Sin ellos, todo este trabajo sería imposible", agradece Rincón.