El escritor Iban Zaldua intervino ayer en la tercera sesión de los Encuentro Literarios destinados a alumnos de Bachillerato, en este caso del colegio Medalla Milagrosa y los institutos Poeta Claudio Rodríguez, Alfonso IX y Maestro Haedo.

-Usted ha cultivado distintos géneros, pero se considera cuentista.

-Yo empecé a escribir cuentos cuando estaba en el instituto, pero nunca me lo planteé como un paso previo para ir a la novela. El cuento en sí mismo tiene una gran importancia, aunque esté poco valorado de ahí que haya que defenderlo. La escritura de un cuento tiene muchas dificultades. En Europa occidental este género tiene poca tradición, aunque a partir de los años 60 ha experimentado un mayor desarrollo.

-Desde su punto de vista ¿cuáles son los puntos fuertes del género?

-En el cuento existe la economía de medios y lograr una reflexión en menos espacio que la novela. Se trata de lograr un golpe certero y una epifanía rápida. En el cuento no tiene que sobrar nada. El escritor de cuento tiene que demostrar su valía en menos páginas. Cada cuento es una novela de menor extensión y con otros parámetros, pues el final suele ser sorpresivo. El cuento es un género por encima de la novela.

-Los nuevos soportes de lectura ¿favorecen al cuento?

-No estoy muy seguro. En un viaje en Metro puedes leerte un cuento de 10-12 páginas, pero tiene una dificultad añadida. Cuando acabas el cuento sales de la ficción y en la novela sigues. El libro de cuentos te obliga a reflexionar sobre lo leído cada cierto número de páginas y muchas veces al leer lo que queremos es que prosiga la ficción. El síncope que produce la lectura de un libro no se produce en una novela y es más fácil leer un relato más amplio y tú decides cuándo lo dejas. Creo que el microrrelato va a tener un gran futuro a través de las tabletas, móviles o las redes sociales, aunque ahora mismo hay muchas cosas que se cuelgan y no siempre de calidad.

-¿Por la falta de filtros?

-Efectivamente antes tenías que contar con un soporte donde publicar, ya fuera los fancines o las revistas o bien los premios. Ahora eso ha desaparecido de tal forma que hay una invasión y se ha democratizado el acceso a la publicación pero no existe una criba de calidad.

-El cuento ¿sigue asociándose a la infancia?

-Sí, todavía sigue de ahí que al hablar de cuento se hable de narración o relato. El cuento infantil y el de adulto son dos géneros distintos aunque estén relacionados históricamente. El infantil tiene un componente mítico y una función educativa, mientras que el de adultos proviene de finales del XVIII y el XIX, con gentes como Poe quienes recogen una tradición antigua. Además en castellano hay un problema lingüístico que también aparece en euskera. La lengua te lleva a hacer una asociación entre los dos.

-El humor en un componente presente en sus relatos.

-Bastante. Yo he leído mucho cuento de ciencia ficción y descubrí que en muchos de ellos había una gran dosis de humor. Es un arma muy interesante a la hora de hacer crítica social y política sin resultar moralista. En los cuentos se puede escribir sobre diversas temáticas, aunque haya cierta querencia hay la ficción.

-Usted escribe indistintamente en lengua vasca y en castellana e incluso se autotraduce.

-Ahora el euskera se ha convertido en mi lengua principal de creación, aunque al principio fue al contrario. Lo que hago más que autotraducirme es hacer una versión, dado que al ser tú mismo el escritor muchas veces cambias cosas de los cuentos, varias aspectos. No acabas haciendo una traducción como los profesionales, pero tengo la soberanía sobre el cuento, que es mi obra. Incluso en alguna ocasión he cambiado el final de un cuento, lo que implica variar su esencia.

-¿En qué idioma es más fácil publicar?

-En euskera es más fácil actualmente publicar debido a que es un espacio menos colonizado en el mercado. No hay tanta competitividad y tanta presión por parte de las editoriales para publicar las novelas, que en los últimos años han experimentado un gran auge. Creo que todavía sigue existiendo cierta querencia en el público por seguir adquiriendo libros de cuentos lo que en el castellano es muy dificultoso. Además la educación literaria ha ido dirigida a la novela y la lírica.