El escritor Fernando Zamora acaba de publicar su poemario "Sonetos de la vida".

-¿De dónde le viene su afición por la escritura?

-Mi hermano el mayor ha hecho las relaciones que ofrecen los quintos de La Hiniesta a la Virgen de la Concha. Él me animó a trasladarme a Bilbao, estudiar Deliniación y empecé a escribir hace varias décadas. Yo empecé influenciado por Miguel Hernández y Lorca, pero luego han sido referencias para mí Blas de Otero, Claudio Rodríguez o Tundidor porque aunque llevo mucho tiempo fuera de Zamora sigo a sus poetas y nuevas firmas. Además, mi trabajo me permitía acudir a recitales poético y me integré en la Asociación Artística Vizcaína, formada por pintores y poetas.

-¿Qué ha puesto para usted este colectivo?

-Muchísimo. Ahora me considero un rapsoda porque me han enseñado a declamar y he realizado más de 300 recitales. Creo que es muy importante unirse a personas que tienen tus mismas inquietudes porque compartes una afición y valoran y analizan lo que tú escribes.

-Su último libro lo componen sonetos.

-Tengo más de 3.000 poemas, de los cuales varios cientos son sonetos y una selección de 55 integran mi último poemario. Soy amante de la música, un factor muy importante en el poema. El libro está estructurado en tres partes, la primera con versos con cierto romanticismo, una segunda parte, donde incluso dedico hasta un poema al garbanzo, un alimento que comí a diario durante varios años de mi vida, mientras que la tercera parte la dedico a distintos personajes de actualidad.

-La escritura, ¿qué le reporta?

-Muchas cosas, entre ellas una gran satisfacción. Vivimos en un mundo rodeado de gente pero estamos muy solitarios porque la gente está muy ocupada por lo que la escritura es una manera de explayarte. Además me ha permitido conocer a gente de la política, a actores, como Carlos Hipólito, Luis Merlo o Paco Valladares, y a otros escritores de relieve.

-¿Ha cultivado algún otro género además de la poesía?

-He hecho algún relato breve e incluso he publicado algo, pero me siento más cómodo con la poesía. Amo la belleza de las palabras. No creo que el poeta tenga que estar siempre comprometido, soy de la opinión de que tiene que decir cosas de manera llana y sencilla. Creo que yo hago poesía de lo cotidiano. Uno se retrata en lo que escribe.