Tuvo que existir "algún error en las miles de descargas" que efectuaba para bajarse de Internet "películas, documentales y música". Esa fue la única explicación que encontró el zamorano acusado de pedofilia por la Fiscalía, que exige cuatro años y medio de prisión, para justificar que la Policía Nacional hallara hasta 13 archivos de pornografía infantil, de niñas menores de 13 años, "fotografías, vídeos, de todo", bajados entre el 19 y el 23 de marzo de 2008. La explicación fue rebatida, sin embargo, por policías que testificaron en el juicio celebrado ayer en la Audiencia Provincial: "si hay una búsqueda, con palabras clave", como es el caso, "no puede ser por error, sino conscientemente". Uno de ellos concretó que cuando en búsquedas "aparece "9 y o es que se busca pornografía de niños de 9 años en adelante".

El material estaba almacenado en los tres ordenadores y el disco duro requisados en su domicilio de la calle de Puerta Nueva de la capital, según se puso de manifiesto ayer, ante lo que el abogado de la defensa, que solicitó la absolución del acusado, insistió en que los ordenadores eran de segunda mano y las descargas podrían haberlas realizado los anteriores propietarios de los equipos.

A preguntas del fiscal sobre cómo era posible que se hallaran nombres de archivos, acrónimos, que son de pornografía infantil, con denominación pedófila (como "lolitas"), palabras claves para identificar esos contenidos, el procesado, cuyas iniciales son M.D.R.M., se limitó a contestar que "no me consta que yo haya descargado archivos de este tipo". Afirmó que "he abierto el emule y aparecen listas larguísimas de descargas, pero yo no he visto nada de eso". Ya había manifestado que desconocía el significado de tales nomenclaturas, de las que se ha ido enterando al ser imputado, "yo no sabía ni lo que era delito". Sin embargo, el análisis de sus equipos permitió encontrar "imágenes bastante explícitas" de pornografía infantil, detalló uno de los policías nacionales que participó en la investigación.

El supuesto pedófilo era la única persona que tenía acceso a la línea de Internet que tenía en su domicilio, que dio de baja al instalar una antena para poder piratear el wifi (la conexión a la Red) de otros particulares, explicaron los policías. Una estrategia con la que el procesado podría haber pensado que accedería al material de pornografía infantil y lo podría guardar sin dejar rastro, lo que no sucede, según los agentes. Para el fiscal tal maniobra implica "que tiene conocimientos en informática".

Los investigadores constataron en la vista oral que manejo de las nuevas tecnología que tenía el imputado para acceder a Internet iba más allá del normal, dado el programa que utilizaba, "linux", más complejo que el habitual "windows" y al que va asociado el de descargas "aemule", más complejo también. Los supuestos errores pudieron producirse cuando descargó pornografía para adultos, terminó por indicar el procesado, que en Comisaría llegó a decir que podría haberse conectado a su wifi otra persona o que las descargas eran las que el programa dejaba directamente en su ordenador sin que él interviniera expresamente. Para la Fiscalía, que subrayó que su actividad se detecta en la operación policial "ruleta" de Brasil contra la pornografía infantil, se trata de "débiles argumentos": tener "trece archivos" de este tipo "no es una casualidad, sino que se dedica a ello".