Lo que en principio parecía un aspecto secundario, la suerte que iba a correr Excalibur, el perro de Teresa Romero, la enferma de ébola, se ha convertido en un asunto de interés mundial, con posturas encontradas entre partidarios y detractores del sacrificio del animal. El presidente del Colegio de Veterinarios de Zamora, Victorio Lobo, es consciente del revuelo que se ha armado en las redes sociales, pero considera que el criterio fundamental para tomar una decisión es "pensar en la seguridad de los humanos". Lobo se confiesa amante de los animales, y de hecho es propietario de caballos y perros, entre otras especies, pero defiende que ante todo debe estar la seguridad de los humanos, sobre todo ante un serio problema de salud pública como puede suponer la llegada del virus del ébola. Aunque considera poco probable que el perro haya podido resultar infectado por su dueña, reconoce no tener datos suficientes como para valorar este aspecto. Sí está de acuerdo con algunas opiniones vertidas por expertos en algunos medios de comunicación, en el sentido de que se podría estudiar la posibilidad de mantener con vida al animal con el fin de tener un mayor conocimiento de la enfermedad, lo que en definitiva, redundaría en beneficio de los humanos. El debate, no obstante, se cerró en la tarde de ayer, cuando la Comunidad de Madrid comunicó que el perro había sido sacrificado, poniendo fin así a las especulaciones.