Mientras subían las escaleras del palacio de La Encarnación, miraban a todas partes para no perder detalle de la sede de la Diputación. Es la actitud de quien pretende recuperar su pasado y abrazar a los familiares que quedaron acá en los durísimos años de la posguerra, cuando la emigración era la única opción de salir adelante. Son un grupo de treinta vecinos de toda Castilla y León, habitantes de la diáspora que tuvieron que hacer las maletas para encontrar una nueva patria, Argentina. Entre ellos, dos zamoranos. Ahora regresan para saber de sus orígenes.

La Diputación, con un programa específico de emigración, les brindó ayer una cálida recepción en el salón de plenos. El diputado delegado, José Luis Bermúdez, rescató sus vivencias en el programa de viajes de la Administración provincial y aprovechó la circunstancia para transmitir a esta treintena de emigrantes la intención de la institución de "reanudar" aquella experiencia en Latinoamérica "cuando hayamos superado la crisis". Precisamente, fue la coyuntura económica la que paralizó las visitas al otro lado del Atlántico.

Ante el grupo de emigrados, Bermúdez rescató los detalles de la construcción del antiguo hospital de La Encarnación, así como el traslado de la actividad de la Diputación a estas instalaciones en 1984 ante un Palacio Provincia, en la calle Ramos Carrión, cada vez más obsoleto. El diputado de Emigración acudió igualmente al programa específico de la institución para mantener y estrechar el contacto con los emigrantes. Iniciativas justificadas en la enorme cantidad de zamoranos que tuvieron que cruzar el Atlántico cuando aquí solo había pobreza. "Calculamos que en Argentina hay más de 12.000 zamoranos. Si tenemos en cuenta que esta provincia solo cuenta con 195.000 habitantes, resulta que un 7 o un 8% de nuestros vecinos están en su país", trasladó a los huéspedes.

Esta realidad, y la de otros países iberoamericanos, motivó el programa Añoranza, que nació en 1993, y más tarde, la iniciativa Raíces, en 2004. Actualmente, una veintena de personas han regresado a Zamora estos días, informó el político, dentro de uno de estos programas.

Los emigrantes de ayer no son solo hijos de la provincia, sino también descendientes de burgaleses, leoneses, palentinos o salmantinos. Llegaron a España el pasado 23 de septiembre y permanecerán aquí hasta la próxima semana para caminar por las mismas calles que lo hicieron ellos mismos, sus padres o sus hermanos... hace mucho tiempo. La visita se enmarca en la iniciativa "Siente Castilla y León" que organiza la Federación de Sociedades Castellanas y Leonesas de Argentina, y que tiene como meta que los descendientes de emigrantes "conozcan las ciudades y pueblos de origen de sus antepasados, así como la realidad social y cultural actual de las provincias de Castilla y León".

Estos días han podido conocer la "diversidad natural", reflejó José Luis Bermúdez, de la provincia frente a la monotonía del paisaje argentino. En la ruta no ha faltado la visita al Lago de Sanabria o el reconocimiento del patrimonio histórico de la ciudad para trasladarse ayer mismo a Alba de Tormes, ya en Salamanca, como respuesta al quinto centenario del nacimiento de Santa Teresa de Jesús, cuyos actos tendrán lugar el próximo año 2015.