Más de un millar de caminantes ha utilizado en lo que va de verano el albergue de peregrinos de Zamora. La mayoría de ellos realiza el camino de la Vía de la Plata, aunque también hay quienes optan por otras rutas como la mozárabe, el camino de Levante o el portugués. Alrededor de quince peregrinos utiliza las instalaciones en la cuesta de San Cipriano cada día.

Los caminantes que pernoctan en el albergue de peregrinos proceden de medio centenar de nacionalidades distintas. No obstante, durante los meses de verano predominan los españoles y los que realizan el camino en bicicleta. El resto del año, la mayoría son extranjeros, sobre todo, alemanes, franceses e italianos.

El albergue tiene carácter gratuito y se nutre de los donativos que aportan los peregrinos de forma voluntaria, ya que no hay una cuantía obligatoria estipulada.

Las instalaciones se rigen con un modelo de gestión que hace cuatro años se puso en marcha mediante un acuerdo impulsado por la asociación de Hospitaleros Voluntarios. El colectivo se encarga de atender a los caminantes y de gestionar las tareas necesarias para cubrir las necesidades de hospedaje tales como la limpieza, el mantenimiento básico de las instalaciones o la compra de alimentos. Los hospitaleros establecen turnos entre los voluntarios y canalizan la colaboración de los propios peregrinos en las tareas de mantenimiento.

El albergue, inaugurado el 26 de enero de 2008, cuenta con 36 plazas distribuidas en seis habitaciones con seis camas cada una de ellas. Hasta las instalaciones solo acceden los peregrinos con credencial y su estancia incluye el uso de lavadero, lavadora, calefacción, frigorífico, diez duchas, seis inodoros, armarios y botiquín, así como tendedero, cocina completa, sala de reuniones y comedor. Todos los servicios son gratuitos con opción de donativo.