Un hombre de 41 años falleció ahogado en una piscina comunitaria de Salamanca, concretamente en la calle Fray Bernardino de Sahagún, perteneciente al barrio de Huerta Otea. La víctima, cuyas iniciales responden a J. C. C. B., era natural de Zamora, aunque llevaba años residiendo en Salamanca.

Fue en la noche del pasado domingo cuando un vecino alertó al servicio de emergencia del 112 tras ver que el hombre estaba en la piscina inmóvil y flotando en el agua, pasadas las diez y media de la noche. Los sanitarios solo pudieron certificar su fallecimiento.

Con anterioridad, según se informa desde la agencia Efe, varios vecinos de la urbanización intentaron reanimarlo tras sonar la voz de alarma. El primero que vio el cuerpo aseguró que en principio no prestó "demasiada atención" cuando observó la piscina, pero que sí se asustó cuando volvió a mirar "y lo siguió viendo en la misma posición".

A pesar de las horas en las que ocurrió el trágico suceso, era habitual ver a J. C. C. B. metido en la piscina de la urbanización, ya que realizaba cada día ejercicios de rehabilitación. Según informa el diario salmantino La Gaceta, la víctima tenía "lesiones severas" y ese era el motivo de esta asiduidad a la piscina comunitaria.

Agentes de la Policía Nacional han iniciado las investigaciones para esclarecer las causas del accidente, aunque en principio parece que todo apunta a que el motivo pueda ser algún problema de corazón, algo que determinará definitivamente el informe de la autopsia. Además, el forense solicitó ayer una muestra del agua de la piscina comunal por si puede ayudar a esclarecer la causa del accidente.

La Junta de Castilla y León carece de una regulación determinada de las piscinas comunitarias, consideradas privadas por la actual normativa autonómica, por lo que no tiene las mismas exigencias que las públicas, como pueda ser la obligatoriedad de tener socorrista.

A pesar de la falta de una legislación concreta para este tipo de instalaciones, desde la Junta de Castilla y León sí se ofrecen unos consejos para los usuarios de piscinas, entre los que destacan el entrar poco a poco en el agua, sobre todo después de haber tomado el sol, ducharse antes y después de cada baño, evitar los juegos violentos dentro del agua y llamar al 112 ante cualquier emergencia.

Una lista similar aporta la institución regional con los titulares de piscinas de uso público como destinatarios. En este caso se trata de llevar un mantenimiento adecuado de la instalación y maquinaria, realizar las determinaciones de los parámetros indicadores de la calidad del agua y contactar con los servicios territoriales de Sanidad y Bienestar Social ante cualquier duda que surja.