Una bicicleta y más de 1.000 kilómetros de asfalto por delante, un reto que cumplir en alrededor de 70 horas pedaleando sin parar y sólo, sin asistencia externa, por un motivo solidario.El recorrido suma 1.150 kilómetros y pasará por poblaciones como Benavente, Zamora, Salamanca, Plasencia, Trujillo, Valdepeñas, Jumilla, Novelda, San Vicente del Raspeig o la propia ciudad de Alicante, entre otros.

Este es el reto que Clinton Sumner, un ultrafondista en ciclismo de 33 años, se ha propuesto hacer con la intención de recaudar fondos para Valeria, una niña gallega que sufre un retraso generalizado del desarrollo debido a una 'ataxia cerebelosa no filiada'.

El desafío dará comienzo mañana domingo a las 10 horas y partirá desde la puerta del Ayuntamiento de Verín (Ourense), localidad donde residen la niña y su familia, hasta el municipio costero de Arenales del Sol (Alicante).

Sumner ha calculado unas "70 ó 75 horas" de trayecto, lo que supone terminar el próximo miércoles por la tarde, en base a la experiencia que ha acumulado en los otros cuatro desafíos de 1.000 kilómetros 'non stop' que ya ha realizado hasta la fecha.

Hasta ahora ninguno había sido en pos de una causa solidaria. La superación personal bastaba como motivación, algo que se mantiene en esta ocasión y que se ve agrandado por el hecho de ayudar.

"Me motiva aún más. Si puedo hacer 1.000 kilómetros y además ayudar, mucho mejor" comenta el ciclista.

Sumner ha reducido la carga al máximo. Por ello, tan sólo portará 7 kilos de comida. La ropa extra de abrigo y lluvia, como bien podría ser un chubasquero, los deja en casa para otra ocasión. "No cuento con que me vaya a pasar nada malo", ha dicho.

El calor del mes de agosto tampoco le preocupa. Ha señalado que prefiere las altas temperaturas al frío por el tema del peso que suma la ropa de invierno. Además, "no tengo chicha", ha indicado en tono de broma en referencia a su escasa protección corporal frente a las bajas temperaturas.

Es lógico teniendo en cuenta los entrenamientos a los que se somete a diario. Sumner dice dormir entre tres y cuatro horas al día y entrenar entre cuatro y seis, alternando ejercicios más extremos de hasta 12 horas para preparar estos retos.

En su rutina, señala que sale a rodar con la bicicleta siempre de madrugada y en ayunas. "Soy un poco hiperactivo", ha afirmado.

En sus retos, Sumner, que lleva desde 2012 practicando esta modalidad de fondo extremo, mantiene una velocidad media de 25 a 35 km/h, reducida por la noche debido al cansancio y la poca luz.

"Entre las 4 y las 5 de la madrugada son las horas más críticas, es cuando el cuerpo te pide dormir", ha manifestado, al tiempo que ha reconocido que a partir de las 48 horas despierto es "normal" tener alucinaciones.

Durante el recorrido, este portento de la naturaleza realizará dos paradas de veinte minutos al día, una cada diez horas aproximadamente, para repostar en alguna gasolinera del camino. "Me tomo muy en serio el término 'non stop'", ha remarcado.

Sumner asegura no vivir de esto, de momento, pues la situación económica no lo permite. Si bien, tampoco le cuesta dinero. Aunque tampoco le da mucha importancia. "Hago lo que me gusta y eso es lo mejor que te puede pasar en la vida", ha valorado.

La idea del reto surgió tras una propuesta de la asociación Ríos de Ilusión y ha movilizado a gran parte del pueblo de Verín y de otros lugares de Galicia.

En la página web del atleta (www.clintonsumner.es) se puede acceder al número de cuenta bancaria habilitado para las donaciones. También se podrá seguir en directo todo el recorrido, gracias a una aplicación GPS que Sumner llevará encima.

Quedan pocas horas para que dé comienzo una lucha contra el duro asfalto. Una pelea de tú a tú donde las piernas del ser humano y las ruedas de la bicicleta forman un solo cuerpo. En la mente, un solo pensamiento: Valeria.