Cuatro años de lucha para recuperar a su hija. Acaba de interponer una demanda en un nuevo intento por conseguir la guarda y custodia sobre la niña, de la que le separó la difícil situación económica de su país, Portugal, obligada a emigrar a Zamora, para mantener a su familia. Su marido se quedó a cargo de su hija de cuatro años, pero la abandonó. Madre e hija tratan ahora de vivir juntas.

La niña, que pasa unos días de vacaciones con su progenitora, "no quiere volver a Portugal, me pide que no la deje y haré lo que sea necesario para traerla conmigo", explica esta ciudadana lusa, de 47 años. Toma aire, el nudo en la garganta le impide hablar y las lágrimas se escapan. Todavía recuerda cuando su hija le preguntó "por qué le había abandonado. No pude hablar, sentí un golpe en el pecho y me quedé sin voz".

La protagonista de esta historia tuvo que dejar a su hija a cargo de un padre que no dudó en deshacerse de ella en menos de un mes. "Me vine el 30 de diciembre de 2009 para un pueblo de Zamora, el él no tenía trabajo y dijo que se quedaba con ella", pero "el 27 de enero de 2010 llamó a su hermano, casado y sin hijos, para que fuera a por ella". Protección de Menores de Portugal intervino y entregó a los tíos paternos a la niña porque su marido "les dijo que no sabía nada de mí, que me había ido y desconocía dónde estaba", explica esta madre sin poder contener la tristeza por aquel duro momento y al recordar la angustia de estos años, apenas sin poder ver a su única hija, por quien emigró a Zamora para lograr una estabilidad económica que la permitiera reunir de este lado de la frontera a toda su familia.

En principio, Protección de Menores contactó con ella "para ver si autorizaba que la niña fuera con su madrina, pero no me explica que su padre se ha ido". La primera semana pudo hablar con la menor sin problemas, pero "luego ya no. Lo he pasado muy mal", agrega entre lágrimas. "En marzo, como no tenía noticias de la niña, me fui a Portugal" y es cuando "me entero de que está en acogida con su tío paterno".

En principio, sería una acogida de seis meses, pero "sin consultarme lo ampliaron a un año y medio". Una decisión unilateral de la que tuvo conocimiento "porque contraté a un abogado portugués para recuperar a mi hija y me informó del acuerdo". Lo más duro para fue que para entonces "yo ya tenía condiciones económicas en Zamora para poder mantenerla".

La pequeña ha estado en tratamiento con psicólogos "porque se sentía abandonada, estaba convencida, porque se lo hicieron creer, de que yo la había dejado". El desarraigo de la menor respecto de la madre, a la que pudo ver muy poco en ese tiempo, propició que en el juicio sobre la custodia la niña se decantara por los tíos. "En tres años la vi muy poco porque la ciudad en la que vive está muy lejos de aquí, son muchas horas de viaje y apenas disponía de tiempo para ir". Pero su empeño por mantener el contacto le permitió disfrutar de la pequeña esta Semana Santa por primera vez en cuatro años. El vínculo surgió con tal fuerza que "ya no se quería ir". Las vacaciones de verano han seguido fortaleciéndolo, lo que ha dado aún mayor coraje a la madre para no cesar en su objetivo.

La delicada salud del tío, al que acaban de amputar una pierna porque sufre diabetes, tiene aún más en vilo a esta madre, se teme que su hija tenga menos cuidados y atención a partir de ahora. "La tía tiene que atender a su marido y trabaja mañana y tarde, ¿con quién se va a quedar mi hija?".

La demanda interpuesta por la ciudadana portuguesa ante el Tribunal de Lisboa, a través del abogado zamorano Gabino Carro Espada, se basa en la legislación de la Haya, en el Derecho Internacional privado que establece que "los hijos deben estar siempre con el progenitor que le puede dar una mayor afectividad, cobertura de sanidad, educación y nivel de vida", explica el letrado.

En la demanda judicial se solicita "que se agrupe a la niña con el progenitor de máxima afectividad", en este caso con la madre, "como establece el Derecho Internacional", a esto se agrega la circunstancia de que "los padres son europeos" y que "puede elegir el lugar de residencia", añade el abogado. Además, "se trata de una madre afectada por la inmigración".

La demanda solicita una modificación de la guarda y custodia de la niña en favor de la madre. El Tribunal de Lisboa requerirá a la ya vecina de una localidad zamorana para que exponga su reclamación y su situación actual.