Adaptar la música a las limitaciones de los usuarios para que con sus movimientos sean capaces de crear sus propias composiciones. Ese es el objetivo de la asociación zamorana de parálisis cerebral Sanagua, que, en colaboración con la Fundación Música Abierta y a través de un sencillo programa informático, pondrá en marcha este taller el próximo mes de octubre. Se trata de una iniciativa pionera en Castilla y León y que solo tiene su precedente en el Centro UPACE de San Fernando de Cádiz, donde se puso en marcha hace dos años.

"Ellos podrán componer, aunque sea con el movimiento de un pie o un simple parpadeo", adelanta Senda Ríos, monitora de ocio y tiempo libre en Sanagua. Fue ella quien se puso en contacto con Fundación Música Abierta para realizar este proyecto de manera conjunta en el centro de Zamora. En principio entrarán en esta iniciativa una decena de personas, entre monitores y usuarios "con todo tipo de limitaciones, desde tener que desplazarse en silla de ruedas hasta solo poder mover algunas partes de su rostro", ejemplifica.

Un sencillo programa informático que traduce movimientos en diferentes notas y una cámara web que controla las señales que aporten los participantes son las únicas herramientas necesarias para esta iniciativa, que va mucho más allá de lo lúdico. "A los usuarios les va a beneficiar tanto en motivación como en movilidad y contacto con otras personas. Incluso también para sus terapias físicas, puesto que se podrá hacer ejercicio de rehabilitación que, aunque repetitivo, será más estimulante si al mismo tiempo están creando una melodía", apunta Ríos, quien adelanta que tienen en mente, aprovechando este sistema, poder editar un cuento sonoro con el sello de los usuarios de Sanagua. "Ellos crearían los efectos que acompañen al relato y, en cierto sentido, sería también una manera de introducirlos en la formación profesional", explica.

Por su parte, Fundación Música Abierta aporta su experiencia en el ámbito de la danza interactiva. "Los ensayos en el centro de Cádiz fueron algo increíble, nos dimos cuenta de que se abría todo un abanico de oportunidades para trabajar de otra manera con estas personas", reconoce la presidenta de la asociación, Rosa Iglesias, quien valora el peso que gana en este proyecto la parte afectiva. "Es algo muy estimulante", asegura. Una experiencia que en otoño se pondrá en marcha en Zamora.