Dos años por un delito de homicidio por imprudencia es la petición de la Fiscalía para un empresario cuyo trabajador falleció en una de sus obras hace siete años al precipitarse desde un tejado sin que llevara puesto el arnés. El acusado, quien también trabajaba en la instalación de un tejado de fibrocemento en una nueva nave de la localidad de Quiruelas de Vidriales, aseguró durante su testimonio que cuando él se ausentó de la obra por unos minutos el empleado llevaba puesto el arnés.

Su compañero en la obra, quien ya ha fallecido, había manifestado en su declaración que el trabajador se había quitado el arnés "porque le hacía daño en el cuello". Fue cuando transportaba una de las placas para colocarla en el tejado que se rompió una de las que ya estaban montadas por su fragilidad y se precipitó al vacío desde una altura de más de seis metros.

Además, la fiscal también le imputa al acusado un delito contra la seguridad laboral, por lo que solicita año y medio de prisión, además de una multa de 2.700 euros, ya que, por ley, es "responsabilidad" del empresario proteger a sus trabajadores frente a estos riesgos laborales, además de elaborar un plan de seguridad y evaluar todos los posibles peligros.

Otro de los acusados es el promotor de la obra, ganadero de profesión, a quien la Fiscalía tan solo exige la responsabilidad civil subsidiaria. Por su parte, la acusación particular solicita dos años de cárcel para cada uno por cada delito, a lo que añade una multa.

Por último, este letrado también exigió una indemnización para los hermanos del fallecido con los que convivía, ya que él era soltero. Ante esto, la defensa aludió que la madre de la víctima, fallecida en 2009, ya fue resarcida en 2007 por la aseguradora con la cantidad de 40.000 euros. Con ella residía, junto con dos hermanos más, en una vivienda de una localidad de Badajoz.