Los problemas de movilidad no impiden a la israelí Gloria Mound coger un avión a Madrid y presentarse en Zamora para recabar información sobre los zamoranos que acabaron sus días en el terrible campo austriaco de Mauthausen (dos tercios de los prisioneros perecieron allí). Su objetivo es claro y directo: "Hacer justicia". ¿Cómo lograrlo casi siete décadas después del final de la II Guerra Mundial? "El propósito es conocer a los familiares de los zamoranos, investigar si tienen antepasados judíos aunque no fueran practicantes y, en caso afirmativo, pedir al Gobierno de Israel que sean reconocidos como parte de los fallecidos en el Holocausto", explica.

La investigadora israelí ha venido acompañada de Salomon Buzaglo, ejecutivo del Instituto Internacional de los Marranos de la Universidad de Netanya. A esta institución pertenece Casa Shalom, una institución que "lleva cuarenta años ayudando a la gente que quiere regresar a sus raíces". Mound, que ya estuvo el año pasado, es una de las ponentes del Congreso "Zamora y La Raya: herencias sefardíes compartidas", que ayer se inició en la localidad lusa de Vimioso. El próximo viernes pronunciará una conferencia y, además, se entrevistará con aquellos familiares de los 23 zamoranos deportados a campos de concentración nazis que quieren intercambiar información. La estudiosa mostrará las fichas de algunos de los prisioneros que conocieron el infierno de Mauthausen. Pero habrá más: también enseñará fragmentos de un libro del execrable lugar hallado en una librería de Polonia.

La investigación se centra ahora en Zamora, pero arrancó en Baleares. Allí, Mound pudo entrevistarse con familiares de víctimas de los nazis, pero su investigación quedó atascada por falta de información. "En Menorca, que resistió al asedio de Franco hasta el final, he conseguido muy buenos contactos que me ayudarán a profundizar en la búsqueda de datos", confiesa la israelí.

Por su experiencia, Mound atesora buena parte de los datos, secretos y atrocidades que conllevó el llamado III Reich liderado por Hitler. "Sabemos que 12.000 españoles murieron en Mauthausen, aunque también fueron a otros campos de concentración", explica. Es el final de un angustioso periplo que arrancó cuando "Franco expulsó a muchos españoles a Francia. Cuando llegaron los alemanes, los llevaron a los campos de concentración y los separaron de los judíos", relata. "Allí, las condiciones eran infrahumanas", precisa.

El plan de los alemanes, detalla Gloria Mound, consistió en principio en entrar en España. "Por este motivo, entrevistaron a los prisioneros españoles en busca de apellidos judíos para que, una vez en España, pudieran apresar a sus familias", explica. De ahí que "los interrogatorios fueran muy detallados y meticulosos", continúa Mound. "En la mayoría de los casos, los prisioneros eran muy cuidadosos acerca de su información personal; a menudo decían que eran católicos o que no profesaban religión alguna. Solo un español confesó ser judío y, paradójicamente, sobrevivió a esta situación", añade.

Siete décadas después de aquella ignominia, Gloria Mound lleva a cabo un proceso parecido para conocer la genealogía de los prisioneros españoles de los campos nazis. Pero el fin es justamente el contrario: "Hacer justicia". Dignificar la vida de aquellas personas que acabaron sus días en el infierno. Mound desconoce si serán muchos los zamoranos que acudan el viernes a su ponencia (17.00 horas, hotel NH-Palacio del Duero), pero lanza un mensaje importante: "Es muy importante que la gente sepa lo que allí ocurrió".