Elisa González Sampedro acaba de publicar el poemario "Ilusiones vividas". Aficionada a la poesía, forma parte del colectivo Almena que esta tarde ofrece un recital en el Colegio Universitario a las 20.30 horas.

-¿Cuál es su historia con la escritura?

-Mi abuelo escribía, mi padre también lo hacía, de tal forma que en mi casa siempre vi poesía. Empecé muy joven a escribir e incluso una de mis hermanas también lo hace y me gustaría que mis nietos siguieran con la tradición. Un día estando con un grupo de amigos comentaron que se quería poner en marcha un grupo poético en la ciudad. Me animé, contacté con las personas que impulsaban el proyecto, entre ellas Carlos Miñambres. Los primeros pasos que dimos fueron la creación de unos estatutos del grupo poético Almena.

-¿Qué tiene de especial este colectivo, que se reúne todos los miércoles, para que siga vinculado a él desde hace varias décadas?

-Es el grupo poético que más ha durado en Zamora y creo que perdura por Carlos Martín Miñambres. Por motivos personales dejé un tiempo el grupo, pero luego retorné. Es una actividad que me llena. Espero las reuniones con ganas y también damos a conocer nuestros poemas en una revista que publicamos.

-El colectivo hoy tiene un recital.

-Siempre los hemos tenido, pero en los últimos meses también vamos a localidades de la provincia, como el realizado recientemente en Fermoselle. Son actos muy interesantes. La poesía me llena tanto al escribirla como al leerla. Mis versos los protagonizan la familia, las cosas cotidianas y, desde siempre, la luna. Creo que para escribir poesía hay que tener cierta sensibilidad, pero, sobre todo, hay que leerla. Uno de los poetas que más me gusta es Claudio Rodríguez, a quien conocí, o bien Miguel Hernández y también leo a mucho compañeros del grupo poético.

-Fili Chillón fue una de ellas y algunos de sus versos pueden descubrirse en el casco antiguo. ¿Qué le parece?

-Es una buena iniciativa porque aproxima este arte a la gente.

-¿Qué le animó a publicar el poemario "Ilusiones vividas"?

-Mis anteriores poemarios me los encuadernaban en espiral mis propios hijos. Ahora lo he publicado en forma de libro gracias a que me animó mi hijo. Creo que a lo largo de estos años mi manera de escribir no ha variado mucho. El poemario recoge alegrías de mi vida y otras cosas que me han hecho sufrir mucho. La portada también es mía. La ilustración seleccionada es uno de mis cuadros, pues pinto desde hace años, e incluso en el libro hay fotografías de algunas de mis obras pictóricas.

-¿Cómo comenzó en la pintura?

-Fue a raíz de la muerte de mi marido. Siempre había querido y comencé gracias a Luis Rodríguez. Yo al pintar reproduzco una lámina o bien fotografías, depende. Tanto la poesía como la pintura me reporta mucha tranquilidad.

-Usted también forma parte de un club de lectura.

-Me inscribí porque me comentaron su existencia. Acudo desde hace tres años y me encanta porque lees el libro que te proponen y luego se comenta. Es una actividad muy enriquecedora. Es una propuesta muy interesante que recomiendo a quienes les guste la lectura.